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LA PRECAMPAÑA ELECTORAL

Un monumento a Franco sigue presidiendo la Glorieta de Orihuela

El PP mantiene el monolito al dictador tras reformar la plaza

Mientras medio mundo clama contra los sistemas totalitarios, un homenaje al dictador Francisco Franco aún resiste en Orihuela. Un monumento al general sigue presidiendo la principal plaza de la ciudad, la Glorieta de Gabriel Miró, pese a que la gran plaza acaba de rehabilitarse totalmente. El monolito a Franco ha sido el único elemento de la Glorieta que no se ha tocado.

Algunas voces, no muchas, exigen ahora la supresión del singular distintivo que preside la plaza mayor de Orihuela. Han pasado 28 años desde la muerte del dictador, y es ahora cuando una parte de la sociedad oriolana empieza a reclamar que se elimine el monumento.

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La escultura, en forma de monolito, es un homenaje póstumo al generalísimo, promovido en 1978, y su imagen, erigiéndose sobre la plaza más céntrica y significativa del municipio, sobrevive en el tiempo en ese privilegiado espacio mantenida por una extraña inercia. Pese a que el monolito no despierta pasiones en la ciudadanía, existe una extraña sensación en Orihuela: que algo pasaría si se eliminara.

Nadie sabe qué ocurriría, pero las autoridades que tienen en su mano derrocar o mantener ese símbolo prefieren preservarlo. Por si acaso. Esa sensación también la tuvieron los socialistas a mitad de los ochenta, cuando por primera vez gobernaron la ciudad. Tampoco aquel gobierno progresista se atrevió a eliminar el monumento, quizá temiendo una revuelta de la ultraderecha.

En los últimos años han ido surgiendo, tímidamente, algunas voces que exigen la eliminación del monolito. Pero el Ayuntamiento, en manos de la derecha, ha hecho hasta el momento oídos sordos a un sentimiento que sigue sin aflorar entre la ciudadanía. La insistencia ha crecido este año, no sólo porque el Congreso ha condenado el régimen franquista, sino porque la remodelación efectuada en el jardín de La Glorieta parecía el pretexto idóneo para que el Partido Popular desterrara el símbolo más involucionista que alberga la localidad.

El alcalde, José Manuel Medina, ha optado por conservar el monolito a Franco tras remodelar íntegramente la plaza. El símbolo del régimen absolutista ha sido objeto de numerosas críticas y agresiones en las últimas semanas, especialmente desde que estalló el conflicto bélico de Irak.

El Partido Comunista ha promovido una campaña para desterrar el monolito de la discordia, y la iniciativa contó con el respaldo de otros partidos políticos, como el recién constituido Bloque de Izquierda Alternativa (BIA), que recogió más de dos mil quinientas firmas para conseguir la abolición de la escultura. Con el lema Queremos un monolito del asesinado, no del asesino, la campaña de recogida de firmas pretende sustituir el monolito a Franco por un monumento al poeta Miguel Hernández, y se prolongará hasta el 1 de mayo en la concentración de los sindicatos en La Glorieta.

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