El Madrid pone todo de su lado
Justo cuando peor le pintaba al Madrid, cuando se le suponía con el miedo en los talones, todos se pusieron de su parte. Su propio resultado -un trabajado triunfo en Sevilla (1-3) guiado por el juego de Zidane- y el de sus rivales directos: el Deportivo naufragó en Mallorca (3-0), un rival que le tiene tomada la medida, y la Real se movió perdido por el Camp Nou, donde el Barcelona (2-1) recuperó la ilusión por entrar en Europa.
Se le imaginaba distraído al líder, todavía cansado por su impacto en Old Trafford, pero no. Fue precisamente el Madrid quien no falló. Se cosió a Zidane y se dejó llevar. Con Raúl en el hospital, el francés vive a gusto como segundo delantero, muy cerquita de Ronaldo y bien surtido por Guti. El Madrid volvió a sentirse seguro.
Todo lo contrario que el Deportivo y la Real, a quienes les asomó un inquietante temblor de piernas a la que el título amagó con ponérseles a tiro. Decepcionantes en carácter y en actitud ambos supuestos aspirantes.
Por lo demás, la jornada dejó al Valencia otra vez dentro de la Liga de Campeones (ganó al Alavés) y al Celta otra vez fuera (no pasó del 0-0 ante el Valladolid); al Málaga, pese a que cedió un empate ante el Racing (2-2), lo metió en zona UEFA, y a la zona de abajo le echó fuego: goleó el Recre al Villarreal y el Espanyol en Vallecas, donde el Rayo quedó sepultado.
Hasta ahí lo numérico. Desde lo emocional, nada ni nadie pudo competir con lo que ocurrió el sábado en el Calderón. Con un programa de actos pequeño y austero, sin más pretensiones que tocar el corazón de su propia gente, sin necesitar que el resto de la humanidad agachara la cabeza a su paso para sentirse a gusto, el Atlético celebró con una cautivadora carga sentimental sus primeros 100 años. Perdieron los rojiblancos, pero ese tipo de detalles ya resultan intrascendentes para una hinchada enfermizamente fiel, feliz, a la que se le nota muy poco lo que le duele.
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