El Depor se hunde antes de zarpar
Una desastrosa defensa de los gallegos permite al Mallorca resolver el choque en 13 minutos
Cuando más necesaria era la victoria, el Deportivo no fue capaz de exhibir otra herramienta que un colador. Como si todos sus pertrechos se hubiesen quedado en casa, el Depor se presentó en Son Moix completamente inerme, convertido en una organización de servicios humanitarios dispuesta a derramar favores. Su desastre defensivo fue de tal magnitud que el Mallorca clausuró el choque cuando aún no se había consumido un cuarto de hora. Desde ese momento, el encuentro se tornó un suplicio para el Depor, que no encontró ni el fútbol ni el temperamento para sobreponerse al ruinoso estado de su última línea. El Mallorca terminó recreándose con el sabor de una tarde que nadie podía prever tan dulce.
MALLORCA 3 - DEPORTIVO 0
Mallorca: Leo Franco; Cortés, Niño, Lussenhoff, Poli; Novo, Marcos, Ibagaza (Campano m. 76), Riera; Pandiani (Carlos m. 84) y Eto'o (Biagini m. 84).
Deportivo: Molina; Scaloni, Héctor, César, Romero; Sergio (Duscher m. 79), Mauro Silva; Víctor, Valerón (Amavisca m. 71), Fran (Luque m. 46); y Makaay.
Goles: 1-0. M. 3. Centro de Novo que cabecea a gol Eto'o tras ganar en el salto a Héctor. 2-0 M. 13. Centro de Ibagaza desde la derecha, Pandiani cabecea hacia atrás, Riera recibe en el pico opuesto del área y marca de un preciso disparo cruzado. 3-0 M. 63. Gran pase de Ibagaza que deja solo a Pandiani y éste cede a Eto'o para que marque.
Árbitro: Losantos Omar. Amonestó a Lussenhoff, César, Scaloni, Poli
Unos 20.000 espectadores en Son Moix.
Antes de que tuviese tiempo a enterarse de qué iba el partido, el Depor ya perdía 2-0. Como un barco que naufragase antes de zarpar, el cuadro de Irureta podría haberse quedado en el hotel y su rival no lo hubiese tenido más fácil. En cuanto el Mallorca esgrimió sus armas -la velocidad de Eto'o, la visión de Ibagaza o el buen toque de Riera-, el Deportivo se desmoronó de la peor manera. El primer tiro a puerta del Mallorca fue gol. El segundo, también.
De los desatinos defensivos no se libró nadie en el Depor, ni siquiera Molina, que, aunque no tuvo responsabilidad en los goles, acabó contagiado del tembleque general. El desastre fue especialmente penoso en las bandas, sobre todo en la derecha, donde Scaloni se empeñó en levantar un monumento en homenaje a Riera, que lo desbordó cuando y cuanto quiso y dispuso de licencia ilimitada para poner a prueba la precisión de sus centros. El primer gol, sin embargo, llegó por el otro costado, donde Novo encontró el callejón libre y puso la pelota en la cabeza de Eto'o, que también remató sin que nadie le molestase. Antes de que el Depor tuviese tiempo a sacudirse la galbana, llegó el turno de Ibagaza y de Riera, tan solos que hasta costaba creer que hubiese un rival enfrente.
Y allí, en el minuto 13, se acabó todo. El Mallorca no tuvo más que ceñirse al libro de instrucciones. Se juntó en su parcela, taponó los caminos al área y disfrutó de las comodidades del contragolpe. Como la defensa visitante no dejó nunca de practicar el socorrismo, cada acometida local era un presagio de goleada. Los intentos del Depor para cambiar la dirección del viento apenas tuvieron credibilidad. El cuadro de Irureta se enchufó al partido durante un rato, gracias, sobre todo, a que el Mallorca le cedió el uso de la pelota. Entonces se vio algún atisbo de Fran o alguna remota esperanza esbozada por Valerón, quien, por lo demás, tampoco sobrevivió al fiasco general. De Makaay no se supo nada, aunque en su caso es más disculpable: vive del acarreo ajeno, casi inexistente en Son Moix.
El Mallorca cerró muy bien el tránsito por el centro. Hasta Ibagaza derrochó sudores para entorpecer las tímidas maniobras del Deportivo. En las bandas, el conjunto de Irureta se anuló solo. En la derecha, Víctor se ausentó. Y en la izquierda el equipo siempre está algo cojo, porque Fran - muy comprensiblemente- sabe que le quedan pocas fuerzas para desbordar junto a la línea y suele buscar refugio en el medio, el lugar donde el Depor se atascó sin remedio, incapaz de poner a su rival en el aprieto más nimio. El Mallorca rozó un marcador escandaloso: a Eto'o le anularon otro gol y remató también a la madera. Al Depor no le sirvió de nada ni la entrada de Luque, abucheado por su antiguo público.
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