Un crimen universal
Los nombres no son sólo lo que aparentemente significan. Los nombres tienen también otras muchas, profundas, dimensiones recónditas que aumentan aún más su belleza y su valor diamantinos. Tenemos estos días un ejemplo más actual, ilustrativo y terrible que ningún otro: si digo Irak, el pájaro de la mente y de la memoria no vuela hasta más allá de mil quinientos años de pasado; si digo Mesopotamia, volará hasta cinco mil, o seis mil, o más aún. El primer vuelo cubre el tiempo-espacio de su modalidad propia de civilización árabe islámica; el segundo, todas las anteriores. Muchísimo más, por consiguiente. Desde esta perspectiva de nebulosos contrastes, el hecho árabe islámico viene a ser como una especie de viejo contemporáneo para nosotros, como una especie de todavía no muy lejano atardecer; antes de él están todas las otras partes del día. Porque Mesopotamia es el alba...
Se habla ahora de expolio, pero el expolio lleva ya varios años de duración; al menos, desde el anterior conflicto del Golfo. En su gran mayoría se trata sencillamente de crimen, de millares de crímenes, uno por cada una de las piezas o de los objetos destruidos. De crimen, sí, porque la cultura y el arte también son vida y también sangran. Se habla de expolio en Irak, pero es también un expolio universal.
Sabemos poquísimo realmente del alcance y del volumen de ese expolio. Yo me pregunto, por ejemplo: ¿las estatuillas y exvotos sumerios del Museo de Chicago sabrán alguna vez lo que les ha ocurrido a sus familiares del Museo de Bagdad?, ¿tendrán que llorar por el "arpa" de Ur todas las arpas del mundo cuando interpreten a Bach?, ¿dejará de sonreír, horrorizada, La Gioconda si ha dejado de sonreír la Mona Lisa de Nimrud?, ¿habrá que llevar el Código de Hammurabi desde el Louvre hasta Babilonia para hacer una legislación más justa y más humana?, ¿llorarán las yeserías de Medina Azahara, o las depositadas en Berlín, por las de Samarra?, ¿se resquebrajarán todos los planes urbanísticos por el porvenir de la tablilla de Nippur?, ¿recordará Ricardo Corazón de León a su colega el kurdo Saladino de Tikrit -más bien, Takrit-?, ¿pedirán las algorfas del Corral del Carbón granadino por sus hermanas las algorfas de los janes bagdadíes?, ¿seguirán las celosías de Andalucía asomándose a la calle como las celosías de Basora? ¿Callarán todos los Alcoranes?
Tendremos que preguntarnos, con el mayor poeta iraquí contemporáneo, con Badr Shakir as-Sayyab: "¿De qué bosque ha venido esta noche? / ¿De qué cuevas? / ¿De qué cubil de lobos? /¿De qué nido en las tumbas deslizándose / oscura, como el cuervo?". ¿Responderá alguien?
Pedro Martínez Montávez es arabista y catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid.
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