La ONU se reafirma contra la legalización de las drogas
España apoya las tesis prohibicionistas en la Comisión Mundial de Estupefacientes
La ONU no tiene ninguna intención de legalizar las drogas. La Comisión de Estupefacientes de la ONU que se reúne en Viena para hacer una evaluación de la estrategia adoptada hace cinco años no piensa cambiar sus planes prohibicionistas pese a las presiones de las ONG que abogan por la legalización. España rechaza cualquier tipo de cambio que pueda poner en entredicho la fiscalización de los estupefacientes.
"Los resultados obtenidos hasta el momento todavía están lejos de los objetivos marcados hace cinco años". Así de claro se mostró ayer Antonio Maria Costa, jefe de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito, en la presentación de la Asamblea Extraordinaria que termina hoy en la capital austríaca. A la reunión asisten representantes de 124 países.
Pese a asumir que todavía queda mucho camino por recorrer, Costa y el resto de representantes consideran correcta la línea que están siguiendo: la lucha multilateral de todos los Estados. No se plantean ningún cambio sustancial. Únicamente perfeccionar el plan existente. En las reuniones ordinarias anuales que se han celebrado esta semana se han aprobado 19 de las 20 resoluciones presentadas para mejorar los objetivos. Destaca la que aboga por una mayor cooperación marítima ante el incremento de tráfico de drogas por mar.
Las ONG, que asisten por primera vez a esta asamblea, se mostraron muy críticas con los resultados obtenidos por la ONU. Creen que la política prohibicionista es la que hace aumentar el consumo y la que fomenta los vínculos entre las drogas, la delincuencia organizada y el terrorismo.
Costa mostró su satisfacción por la presencia de estos grupos críticos. Y les lanzó un consejo: "Os haremos ver que el laissez faire en la autodestrucción de la persona, no es la solución".
La reducción de los cultivos de opio es considerada uno de los objetivos cumplidos del plan. Ahora bien, los países en desarrollo pidieron ayer más ayudas para que los agricultores abandonen sus plantaciones de adormidera y cocaína. Para ello reclaman mayor ayuda internacional a los productos agrícolas tradicionales de estos países. Esto permitiría su venta a un buen precio por los campesinos y, por tanto, una aceleración en los cultivos sustitutivos.
Éxtasis y anfetaminas
El auge de las drogas sintéticas, con el éxtasis y las anfetaminas al frente, que afectan básicamente a la juventud europea, se ha convertido en una nueva preocupación para la ONU. "Estas drogas perjudican mucho más al cerebro que el tabaco a los pulmones", alertó Costa. Estos estupefacientes se producen básicamente en Europa y la detección de los centros de fabricación resulta muy compleja. En la ONU temen que estas drogas se conviertan en "el gran problema".
Además de buscar soluciones para erradicar los cultivos, la gran inquietud de la ONU es reducir la demanda actual de drogas. El delegado del Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles, que es el representante español en la cumbre, aseguró ayer a este diario que la lucha para acabar con el consumo ha de centrarse en la educación y la prevención. Robles se mostró totalmente contrario a una posible liberalización. "No hay ninguna seguridad de que se redujese el consumo ni que desapareciese el contrabando", aseguró. "Ningún país, ni siquiera los más abiertos en estos asuntos ha planteado un cambio radical que rompa con las convenciones existentes que no aceptan la liberalización", explicó. El delegado español dejó claro que el objetivo de España es la protección de la salud y, por lo tanto, el rechazo absoluto hacia cualquier droga.
Educación y prevención
En el borrador que está previsto que firmen esta tarde en la ONU los 124 países representados en la conferencia se asegura que "la legalización podría poner en peligro el régimen de fiscalización internacional de las drogas".
En este documento se hace un llamamiento a todos los Estados para que hagan hincapié en la prevención y la educación de la juventud para conseguir reducir de forma significativa el consumo de drogas hasta 2008, año en que finaliza el plan iniciado en 1998.
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