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LA POSGUERRA EN IRAK | El debate político

Aznar utiliza la detención de Abu Abbas para arremeter otra vez contra el PSOE

Los socialistas consideran "ridículo" justificar la guerra con la captura de un terrorista localizado

El Gobierno está persuadido de que poco a poco van a aparecer las pruebas que justifican el ataque a Irak. El presidente del Ejecutivo, José María Aznar, utilizó ayer la detención del terrorista palestino Abu Abbas para arremeter de nuevo contra el PSOE por haber puesto en duda que Irak tenía vínculos estrechos con el terrorismo y con Al Qaeda. "La comunidad internacional sabía que Abu Abbas estaba en Irak, perfectamente localizado. Es ridículo esgrimirlo como prueba de que Irak ampara el terrorismo", clamó el portavoz parlamentario del PSOE, Jesús Caldera.

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Aznar está dispuesto a elevar más y más el tono a la hora de criticar a la oposición por haber censurado su apoyo a la invasión de Irak, sobre todo ahora que la operación militar está prácticamente concluida. En Atenas, donde asistió a una nueva cumbre europea, el presidente del Gobierno acusó al PSOE, sin citarlo, de "introducir preocupaciones y angustias en la mente y el corazón de los españoles" y de "radicalizar y extremar al límite" sus posiciones.

Aznar exige ahora al principal partido de la oposición que haga gala de "realismo político", en lugar de continuar como "portavoz del extremismo". Y le pide "colaboración", aunque rehúsa dar el primer paso porque la oposición ha rechazado, aseguró, cuatro invitaciones al consenso.

"El aprovechamiento de situaciones de crisis internacional por populismo electoral es un gravísimo error", advirtió Aznar con gesto duro, antes de reiterar la acusación de que el rechazo a la guerra de la oposición española tiene como único objetivo "perjudicar al Gobierno", puesto que no puede pensar que se tratara de "beneficiar a Sadam".

"Se va a demostrar"

Aznar está firmemente convencido de que son los otros los que deben cambiar. Les pide, ahora que se abre una nueva situación, que dejen de "hacer daño, de amenazar", porque es a la oposición, a "los que se han radicalizado", a quienes les corresponde cambiar de actitud, actuar con "realismo político" y "trabajar con serenidad".

"Por favor, ¡que digan algo ahora, que digan algo ahora!", reclamó a quienes le han criticado por apoyar la invasión de Irak, una vez que -aseguró- ha resultado "evidente" que había una relación entre el régimen de Sadam Husein y el terrorismo. Como ejemplo, citó la detención el lunes en Bagdad de Abu Abbas, líder del Frente de Liberación de Palestina (FLP) -organización integrada en la Organización para la Liberación de Palestina (OLP)-.

Abu Abbas está considerado el organizador del secuestro en 1985 del crucero italiano Achille Lauro, donde murió asesinado un ciudadano estadounidense. Luego "Irak tenía relaciones con organizaciones terroristas", repitió, "y ahora se van a demostrar muchas cosas", añadió enigmáticamente el presidente del Gobierno.

La dirección del PSOE acogió con incredulidad las acusaciones y los argumentos del presidente del Gobierno y, sobre todo, su interés en atacar a los socialistas con el argumento de que el primer partido de la oposición siempre ha actuado con el ánimo de deteriorar al Gobierno y obtener frutos electorales.

"Aquí el único que habla de votos y elecciones, mezclándolos con la guerra, es Aznar; nosotros nunca lo hemos hecho", declaró el portavoz parlamentario del PSOE, Jesús Caldera. En la dirección socialista se mantiene que, digan lo que digan los Gobiernos de Madrid y de Washington, no se ha verificado ninguna de las razones por las que se justificó el ataque y la invasión de Irak.

"Resulta ridículo utilizar a este personaje palestino [Abu Abbas], que toda la comunidad internacional sabía que estaba en Irak para dar por sentado que el régimen de Sadam Husein tiene relación con el terrorismo", dijo Caldera.

Por su parte, el responsable de Política Internacional del PSOE, Manuel Marín, se pregunta a su vez si el presidente del Gobierno no sabe que Abu Abbas está cubierto por los acuerdos de Oslo entre el Gobierno de Israel y la OLP para concederse mutuamente una suerte de amnistía.

"Aquel acuerdo fue avalado por el anterior presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y eso que las víctimas de Abu Abbas eran estadounidenses", señala Marín. "Quizá vamos a tener que acostumbrarnos a que la desesperación de Aznar le lleve a la falsificación compulsiva de la Historia".

El primer partido de la oposición mantiene su desconfianza hacia la posición del Gobierno con respecto a Siria. "Aznar no ha actuado de una manera autónoma, sino que ha llamado al presidente sirio cuando se lo ha dicho Estados Unidos y, en el fondo, para transmitirle sus amenazas", interpretó Caldera.

El responsable de Exteriores, Manuel Marín, por su parte, hizo un juicio aún más duro. "La credibilidad del presidente del Gobierno en Siria y en el resto del mundo árabe es nula; sólo le ven como un instrumento, un peón de brega del Gobierno de Estados Unidos. España ha perdido su perfil autónomo", aseguró Marín.

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