Defensa prepara un reajuste del contingente enviado a Irak para adaptarlo a la posguerra

El Ministerio de Defensa está preparando un reajuste de la unidad militar enviada a Irak para adaptarla a la situación creada tras la caída del régimen de Sadam Husein. Se trata de retirar el petrolero Marqués de la Ensenada y la fragata Reina Sofía para, sin superar en principio los 900 efectivos aprobados en Consejo de Ministros, sustituir sus 280 tripulantes por el personal que en este momento resulta más necesario sobre el terreno. Este reajuste se está planeando al margen del envío de una nueva agrupación, basada en la Guardia Civil, cuya partida podría demorarse todavía varias semanas.

El presidente José María Aznar anunció ayer en Atenas que el contingente español en Irak será "remodulado" en función de las nuevas necesidades. El MInisterio de Defensa ya está trabajando en dicho reajuste a partir de la experiencia acumulada por los militares españoles durante la semana que llevan en Um Qasr.

Por ejemplo, los 139 infantes de Marina se han demostrado insuficientes para atender las necesidades de protección, pues han tenido que hacerse cargo de la vigilancia del puerto viejo, donde han relevado a los británicos, así como del dispensario de la ciudad, en el que los médicos españoles atienden a los enfermos menos graves, y de escoltar los convoyes hasta el hospital de campaña instalado a ocho kilómetros de Um Qasr, en un campo de refugiados y prisioneros que alberga a 12.000 personas.

El personal sanitario integrado en la unidad española cuenta con unos 80 efectivos, entre médicos y enfermeros, pero carece de especialistas en pediatría o ginecología, pese a que buena parte de los pacientes que está atendiendo son mujeres y niños.

Los 65 miembros de la unidad de defensa NBQ (Nuclear, Bacteriológica o Química) pueden resultar excesivos, tras constatarse que Irak no ha utilizado armas de destrucción masiva, mientras que los 48 ingenieros apenas pueden atender las necesidades de reconstrucción de infraestructuras básicas, como el suministro de agua o energía eléctrica.

Fuerza de estabilización

Estos reajustes se están preparando al margen del envío de un nuevo contingente con el que España se propone participar en la futura fuerza de estabilización, todavía en fase de planeamiento.

La idea es que este contingente, que aún puede tardar semanas en estar preparado para partir, incluya efectivos de la Guardia Civil y la Legión, además de parte de los militares españoles ya deplegados en Irak, y que trabaje en estrecha colaboración con técnicos y expertos civiles.

Sin embargo, el caos reinante en Irak y las dificultadas de la coalición anglo-estadounidense para mantener el orden, como evidencian los gravísimos sucesos de Mosul, han hecho que se multipliquen las presiones de Washington y Lobres sobre Madrid para que mande cuanto antes una unidad lo más cuantiosa posible de la Guardia Civil.

El líder de la oposición británica, el conservador Duncan Smith, admitió el martes que las tropas de su país no están preparadas para afrontar los problemas de inseguridad ciudadana y agregó que "España, Italia y algunos países del Este de Europa que han apoyado [la intervención militar] tendrían que estar preparados para mandar fuerzas de policía militarizada".

El Parlamento italiano aprobó esta semana el envío a Irak de un contingente de hasta 3.000 efectivos entre civiles y militares para asegurar el mantenimiento del orden, ayudar a la reconstrucción y asegurar el reparto de ayuda. Dicho o contingente incluye unos 300 carabinieri, un cuerpo policial de carácter militar como la Guardia Civil.

Inicialmente, se planteó que carabinieri y guardias civiles formasen una unidad conjunta, pero esta opción se ha descartado. El instituto armado está planeando el envío de entre 150 y 300 efectivos. El problema es que no puede desatender sus obligaciones en España y tiene ya unos 400 agentes en el extranjero.