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GUERRA EN IRAK | La situación en Bagdad

Los marines intentan contener los saqueos

Francisco Peregil

Vuelven los atascos a Bagdad. Y eso significa que la normalidad gana terreno. El imam de la mezquita de una de las principales calles comerciales se dirigía a los vecinos por un altavoz para que fuesen abriendo las tiendas. Y cada vez se ve más fruta en las calles. Pero el desorden sigue imperando. Ayer, varios vecinos recurrieron a los marines para avisar de que una oficina del Sumer Comercial Bank estaba siendo desvalijada. Los marines inmovilizaron contra el suelo a dos menores y dos adultos. Pero una mujer mayor y una niña lloraban, se mesaban los cabellos, suplicaban para que los pusieran en libertad. Dejaron libres a los dos niños.

Otras zonas no gozan de la protección de los marines y son los propios vecinos quienes han cortado las calles con piedras y establecido turnos de guardia. "Es increíble hasta dónde puede llegar la codicia de la gente", se lamenta Abú Nassir, propietario de un chalé de cuatro plantas, dos coches y una lancha, en uno de los mejores barrios de la ciudad. "En esta ciudad nos hemos acostado una noche con la certeza de que había un Gobierno, una policía y una Administración y nos hemos levantado sin Gobierno, ni policía, ni Administración. He visto cómo gente de dinero se metía en un supermercado muy bueno que hay en la zona y lo robaba todo: desde generadores, ordenadores, alfombras, hasta ramos de flores que cuestan mil dinares (unos 15 euros). Robaban comida, cuando seguro que a causa de la guerra tenían almacenados en sus casas alimentos para más de un mes".

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"En mi barrio decidimos montar las guardias cuando vino un grupo de gente a asaltar la Embajada rusa. El que venía a la cabeza era el propio vigilante, quien quería que le dejáramos acceder. Entre ellos había algunos que traían granadas de mano. Después vino otro grupo a robar un banco. Y fuimos los propios vecinos quienes lo protegimos".

Abú Nassir propone que los americanos cojan la estatua más grande de Sadam Husein que encuentren en Irak y la planten en Manhattan. "Gracias a Sadam se ha hecho posible el sueño americano de controlar Oriente Medio y a uno de los países más ricos en petróleo. Deberían estarle infinitamente agradecidos".

"Este país se ha vuelto caótico. Se incendian la biblioteca nacional, los museos... Estamos perdiendo los orígenes de nuestra memoria", continúa Abú Nassir. ¿Y quién se beneficia de los incendios de las librerías? ¿Es que nos vamos a creer que son la gente del barrio de Sadam City? No, son los agentes de Kuwait los grandes interesados en destruir la memoria de Irak. Y ahora resulta que necesitamos a los americanos para que pongan orden. Sadam les ha hecho un gran servicio a los americanos".

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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