Acusaciones entre el Ministerio de Fomento y el puerto de Gijón por otro vertido

El Ministerio de Fomento y la Autoridad Portuaria de Gijón protagonizan un cruce de acusaciones y de explicaciones divergentes sobre las causas por las que no se evitó la salida a mar abierto de la fuga de fuel que se produjo el miércoles en aguas interiores del puerto de El Musel, tras la colisión de un remolcador y el buque maltés Lydia durante la operación de atraque del carguero. Parte del combustible vertido (unas 60 toneladas) acabó dañando a la playa de Peñarrubia, en el extremo contrario de la bahía gijonesa.

La Autoridad Portuaria de Gijón acusa a la Sociedad Estatal de Salvamento y Seguridad Marítima (Sasemar) de haber tardado dos horas y media en desplegar barreras anticontaminantes para impedir que el fuel saliera del puerto. Según los responsables de El Musel, los técnicos de Sasemar se negaron a que la empresa Sea-Sub Service, contratada por la Autoridad Portuaria, desplegara los 400 metros de barreras flotantes de que disponía el puerto y que eran susceptibles de instalación "inmediata". Según la autoridad portuaria, los técnicos de Sasemar "decidieron utilizar inicialmente 100 metros de barreras anticontaminación" con que contaban.

Este dispositivo no sólo era de menor tamaño que el que tenía el puerto, sino que para su colocación se precisaron dos horas y media porque era necesario hincharlo antes de desplegarlo, según la explicación de El Musel.

El Ministerio de Fomento sostiene, por el contrario, que "la colocación de barreras (...) no era posible" hacerla "hasta que el buque estuviera atracado".

Afirma además que "la Autoridad Portuaria de Gijón en ningún momento ofreció sus barreras anticontaminación ni a la Capitanía Marítima, ni al Centro Regional de Coordinación de Salvamento ni al coordinador de barreras de Sasemar".

Agrega que "entre el aviso del accidente y la movilización de los medios" de que disponía Sasemar para instalar las barreras propias "pasaron tan solo siete minutos".