Zapatero replica a Aznar que es más fácil luchar con dictaduras lejanas que con la de Franco

José Luis Rodríguez Zapatero, el líder del PSOE, no lo pensó ni medio segundo cuando ayer se le preguntó sobre las ejecuciones de tres cubanos. "Rechazo las barbaridades cometidas en Cuba. Cuba es una dictadura más que rechazamos y condenamos como la de Irak", aseguró. En respuesta a las acusaciones que por la mañana le había lanzado José María Aznar por su ausencia en la manifestación de protesta ante la Embajada de Cuba por los tres fusilamientos, Zapatero contraatacó: "Pero quiero decir que no es difícil condenar y rechazar las dictaduras que están lejos. Nosotros ya lo hacíamos cuando teníamos la de Franco. Por eso, le pido [a Aznar] que no lance insidias torpes".

Zapatero concluyó ante unas 1.200 personas que participaban en el mitin de los socialistas catalanes en Tarragona: "Me parece estupendo que estén en democracia gentes que no estaban en contra de la dictadura de Franco". Al ser interpelado por el público con frases como "dales caña", replicó: "Ya sabéis que en vez de caña quiero darle ejemplo".

El líder del PSOE habló ayer por la mañana en La Seu d'Urgell, en el Pirineo catalán, en Tarragona por la tarde y en Terrassa, cerca de Barcelona, por la noche. En La Seu, acusó a Aznar de haber escogido la peor opción en el debate sobre la construcción política de Europa y sostuvo que esta equivocación es fruto de la decisión de "desmantelar" las políticas aplicadas por los socialistas.

El PP se ha situado, dijo Zapatero, "al lado de un país europeo que no ha adoptado el euro", en referencia al Reino Unido, y junto al Gobierno que "podría liderar el mundo pero prefiere ordenarlo como un imperio", aludiendo a Estados Unidos. De haber escogido estos aliados viene también, dijo, el haber optado por la guerra en Irak.

La guerra de Irak y su deriva dominan los discursos del líder socialista. En la primera de sus intervenciones recordó que esta operación bélica fue bautizada inicialmente por sus promotores como "Libertad para Irak". Pero desde que ha comenzado, dijo, "lo que estamos viendo no es la libertad de un país, sino su destrucción".

El desorden, el pillaje y el caos en que se halla metido Irak, que alcanza desde los hospitales hasta los restos arqueológicos "¿se hace en nombre de la libertad y sus valores?", se preguntó. La respuesta fue un rotundo "no", reforzado por la explicación de que "lo único que está seguro hoy en Irak son los pozos de petróleo". Todo lo demás, agregó Zapatero, está sumido en la inseguridad, pero no por descuido. "Todo este desorden está sólo para justificar la permanencia de las fuerzas ocupantes durante mucho tiempo", afirmó.

Y si ésta es la expectativa que se abre en Irak, la esperanza de los españoles para intervenir en la corrección de una tan desastrosa situación radica en Europa. Recordó que en los últimos 50 años Europa ha pasado de la confrontación a crear un sistema basado en el diálogo, la cooperación, la creación de un modelo de protección social. Ahora, Europa tiene que avanzar políticamente, dotarse de una Constitución y unos medios de gobierno "con capacidad de decisión" en momentos como el que vive el mundo en estas semanas.

En el debate sobre esta cuestión, Aznar y el Gobierno del PP "se han situado al lado de un país europeo que no ha adoptado el euro". Y en las posiciones que defiende el Gobierno que "podría liderar el mundo pero prefiere ordenarlo como un imperio". Todo esto es menos sorprendente de lo que pudiera parecer si se tiene en cuenta, explicó Zapatero, que "el ideólogo del PP es [Donald] Rumsfeld", el secretario de Defensa de Bush, uno de los que encabezan la lista de los halcones de la política estadounidense.

La España de los pueblos

Esta política está instalada, según Zapatero, "en la cultura de la beligerancia, la intolerancia y la seguridad a través de las armas", pero no es la que los españoles quieren y por eso "Aznar tiene en contra a nueve de cada 10 españoles, y es una política que toca a su fin".

El encuentro de Zapatero en La Seu d'Urgell se produjo al final de una reunión sobre el futuro de los Pirineos en la que intervinieron también el presidente de la Diputación de Aragón, Marcelino Iglesias, y el líder de los socialistas catalanes, Pasqual Maragall. Maragall reiteró su canto a la "España de los pueblos" y mostró su convencimiento de que cada día es más reconocida. "Nosotros, José Luis y yo, tenemos la responsabilidad de decir bien alto que la España de los pueblos no es un barullo, como dice Aznar, sino una riqueza".

A Maragall no le arredran los ataques que recibe de la cúpula del PP por su propuesta federalista y, en los últimos días, por preconizar el establecimiento de relaciones prioritarias entre las comunidades autónomas que formaban el antiguo reino de la Corona de Aragón. "Nosotros somos los pueblos de España", proclamó, "y el verdadero peligro para España es que continúe la política de la intolerancia y el miedo".