Lula cumple 100 días en el poder con buena nota en los mercados
Los sindicatos de Brasil protestan por la política económica
A los 100 días de llegar a la presidencia de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva obtiene la mejor nota donde se le presumía más débil, en la conducción de la economía. Entretanto, el peor resultado es paradójicamente en el área social, en la que los más impacientes esperaban logros a corto plazo. Los papeles se han intercambiado a la hora de examinar al primer Gobierno de izquierda de la historia de Brasil.
Los detractores de antaño, básicamente el sector financiero, que hicieron lo posible para complicarle las cosas a Lula desde que empezó a crecer en las encuestas, son ahora quienes aplauden al presidente, satisfechos con la ortodoxia del ministro de Hacienda, António Palocci, que ha recurrido a las habituales recetas de política monetaria y fiscal. Lula presenta algunos datos que tranquilizan a los mercados, como el control de la inflación y del tipo de cambio, la caída del riesgo-país desde 2.400 puntos a menos de 1.000, la recuperación de los títulos brasileños y la reapertura del crédito externo.
Las críticas más duras al Gobierno se han originado en gran parte en el ala más radical del Partido de los Trabajadores (PT), que acusa al ministro Palocci de seguir una política económica idéntica a la del anterior Gobierno de Fernando Henrique Cardoso. El caballo de batalla de la campaña electoral de Lula fue la promesa de dar de comer a todos los brasileños. Después de su investidura, viajó acompañado del Gobierno en pleno a tres de las zonas más empobrecidas de Brasil, para presentar el programa "hambre cero". Como golpe de efecto funcionó a la perfección, pero su aplicación está siendo más complicada de lo previsto porque no hay dinero suficiente.
La víspera de cumplirse 100 días de Lula en la presidencia se ha realizado en Brasil la primera huelga contra el Gobierno del antiguo dirigente sindical. Los trabajadores de los organismos públicos federales (salud, educación, justicia) realizaron el martes un paro de 24 horas para protestar contra la reforma del sistema de Seguridad Social que reducirá una serie de privilegios de estos empleados. Según los organizadores, la huelga paralizó las 52 universidades federales, hospitales públicos en 26 de los 27 Estados y afectó a organismos como aduanas.
En un mensaje dirigido a la nación Lula reconoció que algunas de las medidas adoptadas le costaron noches de sueño. "¿Fue un remedio amargo? Claro que lo fue. Pero, para cambiar el país de verdad, muchas veces la única alternativa es una medicina amarga", dijo el presidente.
A los 100 días de estrenarse como jefe de Estado, Lula proclama orgulloso que ha mostrado al mundo que Brasil "es el país del carnaval y del fútbol, y con mucho orgullo, pero también el país de la industria, de la agricultura, del comercio y del turismo". De momento, los dirigentes de los organismos financieros internacionales declaran su admiración por la labor de Lula da Silva.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.