Josep Casals, premio Anagrama por el ensayo 'Afinidades vienesas'

Un "experimento del espíritu". Así define Josep Casals (Barcelona, 1955) el movimiento intelectual y artístico que se concentró en la Viena de las dos últimas décadas del siglo XIX y hasta la anexión de Austria por la Alemania de Hitler. Casals ha ganado con un ensayo sobre ese periodo, Afinidades vienesas, el 31º Premio Anagrama de Ensayo, dotado con 6.100 euros. Tomás G. Perdiguero (Colmenar Viejo, Madrid, 1953) resultó finalista con La responsabilidad social de las empresas en un mundo global.

Josep Casals, filósofo y profesor de Estética y Teoría del Arte del departamento de Historia del Arte de la Universidad de Barcelona, ha tardado 20 años en dar por concluido el trabajo que le ha valido el Premio Anagrama. Se trata de un voluminoso ensayo (700 páginas) en el que analiza el papel de Viena como una capital donde se gestó el fin de la era moderna basada en la razón y el conocimiento científico y el inicio de otro mundo. Tanto en lo que respecta a "la concepción del sujeto, de la manera de pensar el ser hombre o mujer" como al "lenguaje y la forma artística" que diera expresión a esa concepción, explicó ayer el autor Casals reconoció su deuda con el fallecido José María Valverde, uno de los primeros en analizar el periodo y autor del prólogo a Afinidades vienesas. Valverde afirmó en su texto que "aquellos vieneses no sabían que eran tan importantes", algo que certifica, según Casals, la vocación periférica de esa cultura. "En este momento de escalada patriotera", afirmó, "vale la pena recordar, sin idealizarla, esa experiencia europea llena de delicadeza, diálogo y opuesta, como dijo Adorno, al tableteo de cualquier voz de mando".

El libro es, en suma, la descripción de un periodo de "50 años de una crisis que va in crescendo", de una "pérdida de la inocencia" que culmina con el advenimiento de "una tercera generación de hombres, la de la tabula rasa, como decía Robert Musil, que ante el esteticismo anterior desciende al frío mundo mecanizado, al anonimato de la vida urbana y le da un nuevo sentido".

Casals analiza el pensamiento y la obra de autores como Kraus, Weininger, Freud, Schnitzler, Hofmannsthal, Mauthner, Wittgenstein, Musil, Kafka, Broch y Nietzsche. Para ilustrar ese proceso de transformación que tuvo su correlato en la representación artística, el autor confronta la obra de artistas de diferentes generaciones como Gustav Klimt y Egon Schiele en pintura; Otto Wagner y Adolf Loos en arquitectura, y Gustav Mahler y Arnold Schönberg en música.

Tomás G. Perdiguero definió el ensayo finalista como una "indagación sobre por qué las grandes empresas y corporaciones privadas han llegado a tener el poder que han alcanzado en los años noventa" y un análisis "sobre su responsabilidad social en la globalización" no sólo en el Tercer Mundo, sino también en los países desarrollados. A juicio de Perdiguero, que procede del mundo de la empresa y ahora es profesor en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, el descalabro de muchas de estas empresas en los años 2000 y 2001, tanto en Estados Unidos como en Europa, ha evidenciado todavía más su interés en la "rentabilidad al corto plazo" y su "desatención a las consecuencias sociales". El autor está esperanzado porque la Comisión Europea ha empezado a lanzar "recomendaciones políticas" sobre la responsabilidad de los empresarios en cuestiones sobre el medio ambiente y la cohesión social. Sin embargo, recuerda que "entre el 35% y el 40% de los europeos no tienen un trabajo a tiempo completo o permanente en los 365 días del año o están forzados a ser trabajadores independientes".

Afinidades vienesas y La responsabilidad social de las empresas en un mundo global se publicarán a finales de abril. El jurado del premio estaba formado por Salvador Clotas, Román Gubern, Xavier Rubert de Ventós, Fernando Savater, Vicente Verdú y Jorge Herralde.