Kerbala pide que EE UU restaure cuanto antes el suministro de agua y luz
Los norteamericanos estudian denuncias de torturas y violaciones de los derechos humanos
Fuerzas de la 101ª División Aerotransportada ocuparon ayer toda la ciudad de Kerbala, donde continuaban los combates esporádicos con fedayin, las fuerzas irregulares iraquíes, y empezaban a emerger los horrores del régimen de Sadam Husein. Esta ciudad, situada a 80 kilómetros al sur de Bagdad, es una localidad santa para los shiíes y también un punto clave para asegurar las líneas de abastecimiento del Ejército de Estados Unidos.
Fuerzas de la 101ª División Aerotransportada ocuparon ayer toda la ciudad de Kerbala, donde continuaban los combates esporádicos con fedayin, las fuerzas irregulares iraquíes, y empezaban a emerger los horrores del régimen de Sadam Husein. Esta ciudad, situada a 80 kilómetros al sur de Bagdad, es una localidad santa para los shiíes y también un punto clave para asegurar las líneas de abastecimiento del Ejército de Estados Unidos.
Hugh Cate, portavoz de la 101ª, aseguró ayer que la segunda brigada de esta División controlaba ya la ciudad, donde se han desarrollado violentos combates durante el fin de semana, que han causado un muerto en las filas de la coalición y un número indeterminado de bajas iraquíes. Por la tarde, mientras decrecían los disparos de artillería, los habitantes empezaron a salir de sus casas y algunas tiendas comenzaron a abrir.
Por las carreteras rurales al oeste de la ciudad, grupos de civiles, a caballo, en bicicleta, en burro o caminando, se acercaban hacia Kerbala prácticamente todos con el mismo cargamento: gallinas. Algunos de ellos utilizaban a los animales como bandera blanca cuando se acercaban a los controles estadounidenses. Los animales que habían muerto por el camino eran abandonados a ambos lados de la carretera. "Alguien nos ha dicho que uno de los hijos de Sadam tiene una granja de pollos por esta zona y que la gente ha ido allí", relató Joe Anderson, uno de los oficiales de la segunda brigada.
Los soldados, que llegaron a Kerbala en carros de combate, helicópteros y vehículos de transporte Humvee, descubrieron el siniestro pasado reciente del país en archivos militares incautados. Dentro de un cuartel bombardeado, los soldados hallaron negativos de tres personas que habían sido sometidas a una muerte violenta, con heridas horribles. En otra habitación encontraron decenas de carpetas que alguien había intentado quemar. Durante el día, cuatro iraquíes se acercaron para indicar a los soldados que habían estado detenidos en un calabozo dentro del cuartel, de unos ocho por ocho metros. "Uno de ellos nos dijo que habían llegado a meter a 100 personas en la habitación", dijo el capitán Jim Philips, de la 101ª.
La recepción que los habitantes están dando a las tropas es calurosa, aunque las reclamaciones hacia los soldados son numerosas: les piden sobre todo que restauren el fluido eléctrico y el agua. Y también preguntan por la situación en los otros frentes, sobre todo en Bagdad, y algunos piden piedad para los combatientes que siguen enfrentándose a sus tropas. "Vienen de Jordania, Egipto, Yemen o Siria. Están equivocados; no los maten, por favor. Deténganles, pero tienen que darles una oportunidad para vivir. Queremos paz", señalaba un tendero llamado Mohamed.
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