Críticas católicas contra Blair por mezclar a Irak con el Ulster

Los dos grandes partidos católicos de Irlanda del Norte han acogido con críticas la decisión de Tony Blair de celebrar en Belfast una cumbre con el presidente George W. Bush para discutir la evolución de la situación en Irak. No protestan por la presencia del presidente de EE UU y celebran que se implique personalmente en el proceso de paz en el Ulster, pero lamentan que éste se vea mezclado con una guerra en Irak que ambos partidos condenan.

Mark Durkan, líder de los socialdemócratas del SDLP, el mayor partido católico en el Ulster, consideró "muy cuestionable" la idea de mezclar ambos asuntos. "No puedo ocultar mi disgusto personal por ello, dada mi oposición a esta guerra y mi preocupación por la integridad de nuestro propio proceso de paz".

Gerry Adams, líder del Sinn Fein, se expresó en parecidos términos, aunque afirmó: "Si tengo la oportunidad, no tendré ningún inconveniente en ir a una manifestación contra la guerra y después ir a hablar con el presidente".

David Trimble, líder de los moderados del UUP, aprovechó la visita de Bush para pedirle que presione a favor del desarme completo del IRA. Bush y Blair se entrevistarán hoy con los tres dirigentes, líderes de los tres grandes partidos firmantes de los acuerdos de Paz de Viernes Santo, hace justo cinco años.

Pero el eje de la reunión entre Bush y el primer ministro británico será la situación en Irak y, en particular, el futuro de ese país. Pese a sus declaraciones a favor de una rápida transición a un Irak gobernado por los iraquíes y su empeño en que la ONU desempeñe un papel en esa transición, Blair dio a entender esta semana en los Comunes que le bastaría con que el Consejo de Seguridad diera su conformidad a lo que los norteamericanos decidan que se ha de hacer en Irak hasta la transferencia del poder a los iraquíes.