Ruvid tiene capacidad jurídica para conveniar con las tres Administraciones públicas y la UE

La política de investigación y desarrollo e innovación, desde el punto de vista estrictamente regional, ha emprendido un giro hacia la "descentralización" y la consolidación de "un modelo de planificación propio" que permita a la Comunidad Valenciana integrarse en las Redes de Excelencia establecidas en el VI Programa Marco de I+D+i de la Unión Europea; consolidar su peso científico real en el contexto de los Planes Nacionales gestionados por el Gobierno central; y, además, gestionar con "criterios regionales" la política de innovación y transferencia tecnológica al tejido productivo valenciano. El primer fruto de esta revisión emprendida por la Oficina de Ciencia y Tecnología de Presidencia (convertida hoy en Agencia) fue el nacimiento en diciembre de 2001 de la Red de Universidades Valencianas para el Fomento de la I+D+i (Ruvid) mediante un convenio inicial de cooperación entre las cinco universidades públicas. La primera fase se consolidó un año después, en diciembre de 2002, con la conversión formal de Ruvid en asociación sin ánimo de lucro.

El convenio con la Agencia de Cooperación es extensible a áreas como Empleo y OCyT

Es un cambio clave y necesario en el nuevo modelo de estructura cientificotecnológica, ya que convierte a Ruvid en "el interlocutor válido coordinado ante las Administraciones públicas y otros colectivos del Sistema Regional, Nacional y Europeo de Innovación", según recoge la asociación en su Memoria de Actividades de 2002.

Con esta premisa, la nueva estructura universitaria, que dispondrá de un equipo gerencial y administrativo propio -de momento financiado por los cinco socios y una línea presupuestaria a cargo de la OCyT-, se constituye como una "estructura autónoma de la Generalitat", en palabras del rector de la Universitat de València, Francisco Tomás; y, por tanto, "en una estructura con capacidad jurídica propia para formalizar convenios con cualquier Administración o entidad". El primer ejemplo de esta nueva forma de operar se produjo el jueves con la sorpresiva firma de un Acuerdo Marco de colaboración con la Agencia Valenciana de Cooperación para desarrollar el proyecto Telde, por el que las universidades valencianas promuevan a través de su Red la teleformación y producción de contenidos vía satélite para 12 universidades de América Latina. El proyecto Telde abarca desde la formación on line, la producción de material curricular e-learnig, hasta la producción de contenidos en áreas como la producción audiovisual.

Un área en la que no sólo se ha duplicado la presencia de la titulación de Comunicación Audiovisual, sino que está presente en las cinco universidades públicas (en Elche, en proyecto) y en la privada CEU, con lo cual la coordinación favorece la gestión de prácticas y empleo de forma "transparente", que es otro de los objetivos establecido en la nueva estructura Ruvid.

La presentación del acuerdo (si bien no llevaba rubricada la marca Ruvid, al incorporar también al proyecto a la universidad privada Cardenal Herrera-CEU) supone en la práctica "un ensayo" de este nuevo modus operandi, que según fuentes de la Generalita, debería hacerse extensible al resto de organismos como la Agencia Valenciana de Empleo, la propia OCyT e, incluso, sugieren "la conveniencia que este sistema de coordinación entre universidades inspire la gestión del modelo de contrataciones docentes establecido en la controvertida Ley Orgánica de Universidades (LOU)", cuya acreditación depende de otra agencia valenciana de reciente creación, que ya ha recibido 1.600 solicitudes de profesores para ser acreditados para acceder a los contratos LOU, lo que según la Dirección de Universidades valenciana "quintuplica las 666 recibidas por la Agencia Nacional ANECA".

La avalancha de solicitudes hace presuponer que los aspirantes valencianos tendrán una fuerte competencia externa, que dificulta la voluntad común de las cinco universidades de evitar la fuga de cerebros formados en su propia casa y la intención de contratar al personal docente "adecuado a las necesidades de cada área". En ello, precisamente, trabajan los rectores y vicerrectores de las respectivas comisiones de reforma estatutaria de las cinco universidades públicas para ("desde la independencia y definición de una marca universitaria propia") haya un marco de coordinación y de definición de principios comunes en servicios como la normalización lingüística o el marco de creación de nuevos estatutos de investigación ante la ambigüedad de la LOU al respecto.

El objetivo no es otro que "contribuir a la generación de una visión estratégica compartida" por los diversos agentes del Sistema Valenciano. El rector Justo Nieto, de la Politécnica de Valencia, ha ido más allá, en sintonía con el rector Tomás, y ha hablado de la necesidad de que Ruvid fije su propio "menú de programas estratégicos" o dé su visión del "perfil de ingeniero o de licenciado en temas de desarrollo".