El Pentágono quiere imponer un 'Gobierno provisional' con exiliados
Powell prefiere contar con los opositores de Sadam en el interior del país
En un rincón del Pentágono hay placas nuevas sobre las puertas y mesas de trabajo. Ministerio de Sanidad de Irak, indica una. En otra, Ministerio de Agricultura de Irak. Tras ellas, un grupo de exiliados iraquíes compone un Gobierno provisional elegido por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Ése es un Gobierno que el secretario de Estado, Colin Powell, se niega a aceptar. Prefiere dar protagonismo a los iraquíes del interior.
El presidente George W. Bush aún no ha decidido entre el Gobierno provisional de Rumsfeld y el que prefiere Powell, pero quiere que el martes se constituya algún tipo de Administración civil en la ciudad de Um Qasr, a las órdenes del general retirado Jay Garner, quien tiene previsto anunciar el lunes en Kuwait las características del esquema inicial del Gobierno de ocupación.
En principio, la Administración se dividiría en tres zonas: la del sur, al mando del general retirado Buck Walters; la del centro, al mando del general retirado Bruce Moore; y la del norte, al mando de la embajadora de EE UU en Yemen, Barbara Bodine. Nadie sabía ayer, sin embargo, de qué iraquíes se rodearían esas autoridades civiles, supeditadas al mando supremo del general Tommy Franks.
La disputa entre Powell y Rumsfeld era intensa y casi pública. La semana pasada, el secretario de Defensa envió a la Casa Blanca dos informes en los que sugería al presidente la conveniencia de utilizar iraquíes y kurdos en el exilio como entorno de la Administración estadounidense. Según Rumsfeld, los exiliados tenían más "experiencia democrática" que quienes habían permanecido en Irak. Proponía, además, que se creara inmediatamente un "Gobierno interino" de exiliados en las "zonas liberadas", con especial protagonismo de Ahmed Chalabi, exiliado desde 1958 y líder del Congreso Nacional Iraquí, con sede en Londres.
Richard Perle, recién dimitido como presidente del Consejo Asesor del Pentágono y uno de los principales impulsores teóricos de la invasión de Irak, afirmó que la oposición a Sadam Husein debía asumir el control. "La idea de que alguien dentro de Irak pueda recibir el apoyo del pueblo iraquí me parece muy dudosa", comentó.
Powell, por el contrario, consideraba que había que ponerse de acuerdo previamente con los aliados británicos, deseosos de otorgar un papel relevante a la ONU y de formar un Gobierno lo más representativo posible. Junto a la oposición que había combatido a Sadam Husein desde el extranjero, dijo el secretario de Estado, había que contar con "individuos del interior". El mismo viernes, Bush convocó en la Casa Blanca a Powell, Rumsfeld y a la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, para discutir el asunto. "Trabajaremos con iraquíes del interior y del exterior, pero sería prematuro adoptar ahora decisiones definitivas", comentó Ari Fleischer, portavoz del presidente.
Las decisiones finales quedarán aplazadas, aparentemente, hasta la cumbre que Bush y el primer ministro británico, Tony Blair, tenían previsto celebrar en Irlanda del Norte a partir de mañana. Pero Rice indicó que Bush no había aceptado, al menos de forma íntegra, las propuestas de los halcones del Pentágono: "Hemos empezado a identificar personas en el interior de Irak que pueden asesorar" al Gobierno de ocupación, declaró.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.