A vueltas con la Historia
Es evidente que en los últimos años la situación de las Ciencias Sociales en la Enseñanza Secundaria, y particularmente en el Bachillerato, no para de degradarse. En cada reforma del sistema educativo la Geografía y la Historia salen sistemáticamente maltrechas, pese a las afirmaciones de nuestros gobernantes, quienes retóricamente valoran la enorme importancia que materias como la Historia tienen en la formación de ciudadanos libres, críticos, tolerantes. Relleno para el pavo.
Efectivamente, una simple comparación entre el número de horas dedicadas a la Geografía y la Historia en las actuales Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato y las correspondientes al anterior BUP-COU sería suficiente para validar nuestra afirmación, pero como agua pasada centrémonos en el presente más rabioso, y nunca mejor dicho.
En el ámbito de sus competencias, el Departamento de Educación del Gobierno vasco ha procedido a la correspondiente remodelación horaria de las asignaturas del Bachillerato, primero en un sentido y finalmente, si nadie lo remedia, en otro.
Las consecuencias son:
- La Historia de España y Euskal Herria (en la práctica supone un temario doble), que hasta ahora contaba con 4 horas sufre una reducción a 3 horas.
- La Historia queda, además, como la única asignatura común, objeto de la futura prueba general de Bachillerato, que sólo se cursa en uno de los dos años; todas las demás se cursan en los dos, por regla general con 3 horas en cada curso, es decir, todas las restantes materias comunes cuentan con entre un 66% y un 100% más de horas, sin entrar en el proceloso tema de los desdobles, de los que la Historia en ningún caso se beneficia (ni en la ESO ni en el Bachillerato).
- Si esto no fuera ya suficientemente grave, el temario de la asignatura pasa de abarcar los siglos XIX y XX a la totalidad de la Historia, desde la prehistoria hasta nuestros días, y por supuesto duplicado (España y Euskal Herria). Esto constituye, sin duda, un curioso ejemplo de proporcionalidad inversa: a mucha más materia, menos horas.
- Las repercusiones en el campo de la metodología de la asignatura son demoledoras. Los aspectos más prácticos de la materia, comentarios de texto, mapas, audiovisuales, etc., desaparecen por falta de tiempo. El esquematismo y la ramplonería sustituirán al rigor y precisión mínimos; el empobrecimiento conceptual y expresivo será otra consecuencia. Y esto ante un alumnado que en su mayoría tiene vocación universitaria.
Un ejemplo ilustrará elocuentemente la barbaridad de lo que se propone. El actual cómputo de horas anuales que tenemos para impartir, y con dificultades, la Historia de España y Euskal Herria de los siglos XIX y XX es de 100 horas aproximadamente. Pues bien, se pretende que en 75 horas (un 25% menos) los profesores expliquemos y los alumnos asimilen un temario muchísimo más amplio. Incluso centrándonos, como ya se nos ha sugerido, en la parte de Historia contemporánea, significaría que tendríamos que explicar en unas 40 horas lo que hasta ahora veníamos haciendo en 100. Así de simple, así de patético.
Claro que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla. ¿Pero a alguien le importa? Afortunadamente, por los apoyos que estamos recibiendo, parece que a algunos sí. Gracias.
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