Tristeza por el hombre vital y alegre
La muerte ayer de Eduardo Úrculo causó una enorme desolación. Las reacciones del mundo del arte y de la cultura se produjeron en cadena. También los políticos manifestaron su pesar. Los Reyes enviaron un telegrama a la familia del pintor, en el que expresaban la gran pérdida que su fallecimiento significa para la pintura española contemporánea.
Manuel de Lope, escritor: "Se ha muerto Eduardo Úrculo y es como si un sombrero hubiera caído del mal lado en la arena. Era mi amigo más antiguo en Madrid, de esos que parece que uno ha conocido en otras vidas y espera ver en otra vida. Este verano los prados de Asturias van a ser de color verde oscuro".
Eduardo Sanz, pintor: "Quién nos iba a decir a Sergio, a Isabel y mí mismo que el domingo, a las nueve de la noche, cuando nos despedíamos iba a ser la última vez que lo haríamos. Nos vino a traer a Emilio Rubín el catálogo de su última exposición en China. Desde niños, que fraternalmente nos tratamos, no dejamos nunca de vernos, no exagero si digo que diariamente. Hoy me viene a la memoria cuando su madre me recomendó y me repetía: Eduardo cuida del mío cuando yo falte. Me falta la palabra para tan tremenda desolación. Notaremos un vacío de tan gran pintor y mejor amigo en el futuro".
Soledad Lorenzo, galerista: "Ha sido una persona entrañable que nos conquistó a todos, lo que es muy poco frecuente. Le he tenido mucho respeto a él y a su obra. En un momento en que en España lo que más había era informalismo, Úrculo utilizó una representación más pop desde su mundo. Fue uno de los pocos casos del mundo del arte que, perteneciendo a un tiempo, tuvo su trayectoria personal al margen de las corrientes".
Rodrigo Uría, vicepresidente del patronato del Museo del Prado: "Fue el mejor amigo, una de las cinco personas que yo más quería. Siempre fue un prodigio de alegría y vitalismo, un artista que supo adaptarse a la adversidad, un luchador absoluto, que siendo un autodidacto alcanzó la cumbre del arte. Trabajó por delante de todas las tendencias y con elegancia y altura dominó todos los movimientos pictóricos por los que se paseó".
José Guirao, director de La Casa Encendida: "Era uno de los miembros más destacados de la nueva figuración madrileña. Empezó con una obra muy original y transgresora, haciendo honor a una parte de su apellido, su famosa serie de desnudos, de culos en concreto, que tuvo mucha repercusión en su momento. Dentro de la figuración, una parte importante de su obra, buscó volver a visitar periodos del arte del sigloXX. Por ejemplo, su última serie era una recreación del cubismo, que él vivía para sí mismo como un redescubrimiento".
Julio López Hernández, pintor: "Úrculo ha dibujado algunos de los iconos que han marcado esta época de la pintura española. Sus mujeres de espaldas y con sombrero han dado la vuelta al mundo y, a pesar de la juventud de su obra, algunas de ellas ya son un clásico".
Joaquín Vaquero Turcios, pintor y escultor: "Era impresionante su enorme inteligencia, aparte de ser un artista sensible y magnífico. Sus símbolos, los sombreros y las maletas, son ya un clásico de la pintura española y conocidos en todo el mundo".
José Hernández, pintor: "Fue uno de los pocos que entendió el arte pop desde aquí. Le conocía desde hace 25 años, era un hombre muy amigo de sus amigos y tenía una vitalidad extraordinaria. Todo lo que hacía transmitía esa vitalidad y, aunque nuestra obra era muy diferente, nos unía una amistad de mucho tiempo".
Antonio Bonet Correa, director del Museo de la Real Academia de San Fernando: "Tenía un gran sentido de la figuración. Sus pinturas sobre la mujer y sobre el hombre viajante desencadenó en él su característica simbología de sombreros y maletas. Con ella creó una iconografía de los sentidos".
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