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Reportaje:

El milagro a medias

Sindicatos y analistas apagan el triunfalismo en torno al paro técnico registrado en la provincia de Almería

Mónica Marhuenda es una de las miles de mujeres que en Almería, una de las cuatro provincias con la tasa de paro femenina más baja de toda España, engrosan la lista de empleadas. Encontró su puesto en una tienda de unas galerías comerciales en Roquetas de Mar hace tan sólo tres meses. El ejemplo de Mónica, de 30 años y soltera, como el de muchas otras, ha permitido al Gobierno y a quienes dirigen la oficina del Inem en Almería que, el pasado 4 de marzo, celebraran el mínimo histórico de la tasa de paro registrada: el 5,82%.

Quienes trabajan con las cifras en la oficina estatal contabilizaron en febrero 13.165 parados. Contaron, además, que la tasa de empleo masculina está en el nivel del pleno empleo, con el 4,26%, muy lejos ya de tasas superiores al 15% habituales al principio de los noventa, La tasa de paro femenina, situada en el 8,35% (diez puntos por debajo del resto de Andalucía), se ha reducido un 40% desde 1996.

Los Servicios de Estudios de la Cámara de Comercio de Almería eluden el triunfalismo. "La manera en que se calcula la tasa de paro en el Inem es absolutamente indefendible desde el punto de vista científico. Yo no diría que hay paro técnico, yo diría que andamos por buen camino", defiende el responsable del servicio, David Uclés. En efecto, la Encuesta de Población Activa (EPA), que contabiliza a los desempleados inscritos o no en las oficinas del Inem, resulta más exacta y, a 31 de diciembre de 2002, situaba la tasa de paro en Almería en el 9,71%.

Con EPA o sin ella, las cifras almerienses baten un récord en Andalucía, donde la provincia con menos paro, Huelva, tiene 5.000 desempleados más que la tierra del mar de plástico. Sin duda, la agricultura intensiva y casi industrial practicada en los invernaderos es la clave del éxito almeriense. Este milagro consiste en transformar un secarral pedregoso que apenas servía para pasto y que periódicamente se veía azotado por plagas de langosta en una de las zonas agrícolas más importantes de Europa.

El escaso paro femenino va intrínsecamente unido al sector agrícola y a las decenas de alhóndigas y cooperativas en las que las mujeres envasan las frutas y hortalizas. Paradójicamente, la provincia con más empleo cuenta con las más altas tasas de precariedad. "La contratación es cíclica y está supeditada a la producción agrícola, sin estabilidad para la mujer. Esa inestabilidad es utilizada por los empresarios de manera ventajosa para ellos. Se ha comprobado que confeccionan listas de mujeres de contratación eventual y, al cabo de los dos años pasan esa lista a otro empresario porque el convenio les exige que las hagan fijas", describe la secretaria de Mujer y Salud Laboral de CC OO, Dolores Moral.

Sin duda, el trabajo de Mónica Marhuenda, detrás del mostrador en el que vende ropa íntima de 10 a 16.00 o de 16.00 a 22.00, dista mucho del envasado de frutas y hortalizas que sacrifica a unas 13.000 mujeres al trabajo sin horario, abusos patronales y al desamparo por enfermedades derivadas.

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El perfil de la envasadora es de una mujer joven, sin cargas familiares y "dócil", a la que los empresarios les resulta fácil imponer horarios. Las pésimas condiciones del lugar de trabajo —la labor se desempeña entre corrientes de aire por la descarga de camiones, sin tarimas de madera en suelos de hormigón, con frío en invierno y calor en verano— no se contrarrestan con revisiones médicas específicas, inexistentes según denuncia la secretaria de Salud Laboral y Mujer de CC OO, Lola Moral.

El estudio sobre empleo en Andalucía llevado a cabo por CC OO desvela un altísimo índice de economía sumergida . A esto se añade un alto fraude en la contratación eventual por "circunstancias de la producción" y "por obra y servicios", que acaparan el 60%.

Los sindicatos también lamentan el papel de la administración pública, donde también ha crecido la temporalidad. "No cubren los puestos vacantes. Es mayor la contratación indefinida que crean las empresas privadas que la pública", critica el representante sindical Emilio Asensio.

La progresiva sustitución de mano de obra familiar por mano de obra asalariada en las labores relacionadas con el campo empujan a descendientes de agricultores a optar a trabajos menos gravosos, como el de Mónica, y que éstos puestos sean ocupados por mano de obra inmigrante. Pero, a no ser que se dejen de cultivar hectáreas, no se espera un descenso de empleo en el sector ni a medio ni a largo plazo.

En cambio, en la construcción y el turismo, Almería podría verse resentida por una desaceleración en el frenético ritmo del ladrillo y por la crisis que azota a Alemania, cliente "excepcional" de la provincia, según estimaciones del director del Instituto de Estudios de Cajamar, Jerónimo Molina.

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