¿El principio del fin?
La reforma de la Política Agrícola Común va, en opinión del autor, en contra de los intereses de los consumidores y de una explotación sostenible del medio rural.
Llevamos algún tiempo sumidos en un profundo debate sobre las propuestas legislativas de la Comisión Europea para una reforma de la Política Agraria Común (PAC). Y la preocupación que nos producen las consecuencias que sobre el medio rural tendrá esta reforma, nos lleva a trasmitir nuestra inquietud a la opinión pública.
En julio de 2002, cuando la Comisión anunció la Revisión intermedia de la PAC se generó en el Foro Rural Mundial (FRM-WRF) una cierta inquietud sobre el futuro del mundo rural. Las propuestas legislativas del pasado 21 de enero, han confirmado nuestra preocupación. Los principios y objetivos que se presentan en la exposición de motivos pueden ser loables, ¿pero es ésta la reforma que reclaman los consumidores europeos? Hay cuestiones claves de ésta propuesta que a nuestro entender, darán resultados muy diferentes de los objetivos perseguidos.
La reforma no mejorará la situación, sino que puede ser el principio del fin del modelo de explotación familiar
En el Proyecto de Reglamento Horizontal se insiste en el desacoplamiento total de las ayudas (concesión de una ayuda por explotación, independientemente de la producción), y se someten estas al cumplimiento de determinadas normas basadas en un nuevo principio de "condicionalidad". El proyecto establece las modalidades para calcular derechos, fijando el periodo de referencia en tres años (2000,2001 y 2002) y crea una mínima reserva para atender a nuevos agricultores o a aquellos que hayan sido afectados por un motivo de causa mayor.
Se introduce también un sistema de modulación y reducción de la ayuda, minorando los pagos directos a los agricultores en un 1% en 2006, para llegar al 19% en el 2012. De esta modulación se detrae para desarrollo rural el 1% en el 2006, alcanzando en 2012 el 6%, y se crean nuevas medidas paras fomentar la calidad alimentaria y el cumplimiento de normas de higiene y bienestar animar. Así mismo, se reforman algunos sectores ( cereales, sector lácteo, arroz, trigo duro, fécula de patata, forrajes desecados, frutos secos).
Las propuesta no hace alusión alguna a los jóvenes y el margen que deja para nuevas incorporaciones a la agricultura es claramente insuficiente. Constatamos que una de las claves de la reforma es el desacoplamiento total de las ayudas de la producción. Pues bien, éste sistema va a generar un desequilibrio entre productores (sector de frutas y hortalizas), a desincentivar la productividad y, a su vez, a encarecer el derecho a producir, sin posibilitar la incorporación de jóvenes a la agricultura y generando un activo para determinadas explotaciones que les permitirá mantenerlo aun después de haber terminado su periodo laboral. Por lo tanto, no va a hacer posible el relevo generacional.
Un ejemplo claro de nuestra preocupación es la situación que se puede dar en una explotación de vacuno, con quince o veinte vacas, que esté produciendo leche o carne y no haya declarado superficie forrajera. Seguirá cobrando la ayuda que percibe en este momento con sólo mantener una vaca en su explotación. Además, estos derechos no podrán cederse, salvo por sucesión inter vivos o mortis causa.
La propuesta nos habla también de simplificación de la PAC y, sin embargo, introduce una serie de factores de obligado cumplimiento (asesoramiento impuesto a determinadas explotaciones, más controles administrativos en la gestión del derecho de ayudas, más normas en materia de medioambiente, seguridad en el trabajo, bienestar de los animales etc.) que, siendo buenos, van a requerir tal carga administrativa que probablemente se va a necesitar más personal externo trabajando para el sector que profesionales directos.
Por otra parte, la modulación de las ayudas castiga a las explotaciones familiares e incorpora pocos recursos al desarrollo rural. Genera, además, más trabajo administrativo en la gestión, puesto que primero modula y luego devuelve parte de la ayuda que retiene. Para obtener esta devolución, lógicamente, habrá que solicitarla. Se introduce, por lo tanto, un nuevo sistema de declaración de Hacienda para los agricultores.
En la reforma de los sectores productivos se olvida de la patata, un sector que se caracteriza por su inestabilidad a nivel comunitario y registra desajustes periódicos en la oferta y la demanda. Este sector no debiera quedar fuera de la organización común de los mercados, porque ha sido y seguirá siendo un cultivo refugio que se incrementará al desacoplar las ayudas de determinadas producciones.
Al FRM-WRF, le inquieta, profundamente, la deslocalización de producciones y cultivos a la que nos puede llevar esta reforma, porque va afectar con más fuerza a las zonas rurales más débiles y de menor productividad, generando un mayor abandono progresivo del medio rural.
El sector agrario se ha tenido que ir acomodando a los distintos momentos de la PAC, lo que ha supuesto una gran pérdida de activos en el sector, principalmente en las zonas rurales más débiles. ¿Podrá adaptarse a este nuevo marco que, si alguien no lo remedia, va a definir las reglas de juego en la agricultura? Con las pocas posibilidades que le les da a los jóvenes esta reforma, ¿seremos capaces de encontrar incentivos que frenen el éxodo permanente de los jóvenes de un sector que lo consideramos decisivo para el desarrollo de las zonas rurales?
Estamos ante un momento crítico y tenemos que esforzarnos todos en conseguir que la agricultura juegue el papel que se merecen los ciudadanos europeos, para que los agricultores y demás personas que viven en el medio rural se vean compensados por el esfuerzo que realizan en el mantenimiento de estos espacios. La producción de alimentos de calidad, los servicios de ocio y turismo, la protección del medioambiente y, en general, todas las externalidades que ofrece a la sociedad el medio rural, requiere de la incorporación de jóvenes bien formados que conozcan la idiosincrasia y las particularidades socieconómicas de los espacios rurales. La especulación que se está ejerciendo sobre el derecho a producir aparta a los jóvenes de la agricultura, debilita las zonas más frágiles, y contribuye al despoblamiento.
Esta reforma no solo no mejorará la situación, sino que puede representar el principio del fin del modelo de explotación familiar de la agricultura europea.
Jesús Mª. Alonso Vallejo es director de la asociación Foro Rural Mundial-World Rural Forum.
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