Los ministros eluden en el Foro Mundial del Agua el compromiso de ayudar a los países pobres
El Tercer Foro Mundial del Agua concluyó ayer en Kioto (Japón) con una declaración ministerial en la que vuelve a eludir el compromiso de ayudar a los países pobres en las inversiones necesarias para facilitarles el acceso al agua potable. Según un reciente informe de la Unesco, a mediados de este siglo 7.000 millones de personas sufrirán escasez de agua en 60 países. Y, en el mejor de los casos, serán 2.000 millones en 48 países.
El ex director general del Fondo Monetario Internacional, Michel Camdessus, autor de un informe en el que sugiere la financiación mixta público-privada de las inversiones en infraestructuras del agua y la potenciación de los mercados regionales y locales, afirmó, resignado, que al no aceptar su propuesta, quedaban dos opciones: que los gobiernos presenten otras alternativas o renunciar a las metas del milenio.
La tercera edición del foro ha vuelto a convocar a más de 12.000 representantes de ONG y expertos del agua, así como a 1.500 periodistas y dirigentes políticos de todo el mundo. Esta iniciativa fue impulsada por el Banco Mundial y los países más desarrollados para diagnosticar con fiabilidad los puntos negros de la escasez de este recurso natural y canalizar con más transparencia las ayudas al desarrollo. Un 13% de las inversiones del Banco Mundial se destinan a infraestructuras hídricas. Para colectivos como WWF/Adena, el foro sólo representa a los intereses de grupos financieros embarcados en grandes proyectos. La cadena International Rivers, contraria a que se toquen los ríos y se hagan embalses, identifica al foro con una "mafia en cuya cabeza se sitúan dirigentes de multinacionales que lo utilizan como lobby" para ampliar clientela. Las ONG creen que en muchas ocasiones se puede resolver la escasez con pequeñas actuaciones locales sin necesidad de grandes infraestructuras
Con todo, el foro sirve de plataforma para el contraste de tecnologías y experiencias en el uso eficiente del agua, así como de la aparición de nuevos desarrollos para la producción de este recurso allí donde escasea. Una de las novedades expuestas en Japón es la desalación de agua marina con placas solares, en base al diferencial térmico entre el agua superficial y la de los bajos fondos en torno a las islas de la República de Palou, en el Pacífico.
La declaración ministerial no ha aceptado una propuesta de Francia para crear un observatorio mundial del agua con sede en París. El presidente francés, Jacques Chirac, se ha comprometido a incluir este tema en la agenda del G7 en la reunión que se celebrará en Evian, sede de una multinacional francesa de agua embotellada.
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