El sol en la escuela
En Sevilla 22 colegios producen ya energía eléctrica mediante paneles fotovoltaicos
Todos los años la ciudad de Sevilla consume la energía equivalente a 871.398 toneladas de petróleo (tep) o, lo que es lo mismo, el combustible que transportan once petroleros de la misma capacidad del Prestige. Para poder abastecer esta demanda es necesario emplear, en forma de energía primaria, 1.327.137 tep, ya que una cantidad importante (más de 450.000 tep) se pierde en los sistemas de transporte y distribución. Si estas cantidades se expresan en términos monetarios, hablamos de una urbe que gasta anualmente alrededor de 1.000 millones de euros en energía, lo que supone unos 1.500 euros por habitante.
La mayor parte de este recurso llega a la ciudad en forma de productos petrolíferos (67% del total), a los que sigue la electricidad (25%) y el gas natural (6,2%). Solo una cantidad ridícula de energía (el 1,8%) procede de fuentes renovables, sobre todo paneles solares térmicos de los que se emplean para generar agua caliente y que, en el conjunto de la ciudad, suman unos 20.000 metros cuadrados capaces de producir alrededor de 3.000 tep al año.
En el II Plan Energético de Sevilla (2002-2006), diseñado por la Agencia Local de la Energía, se contemplan diferentes acciones para equilibrar este balance, fomentando el ahorro e incrementando la aportación de fuentes renovables. Dentro del proyecto Ciudad Solar, cuya aplicación se extiende hasta 2020, se presta especial atención a la energía solar fotovoltaica, cuya potencia instalada, si se cumplen las previsiones municipales, podría rondar los dos megavatios en el horizonte de 2006, para terminar aportando, en 2020, el 10% de la electricidad consumida en la ciudad.
Desde el pasado día 10 vienen funcionando instalaciones solares fotovoltaicas en 22 centros educativos repartidos entre los seis distritos de la ciudad. Cada uno de estos equipos, compuesto por varios paneles, es capaz de producir unos 8.000 kilovatios-hora/año, lo que equivale al consumo eléctrico de cuatro hogares andaluces en idéntico periodo de tiempo.
Toneladas de contaminantes
En total, los 22 colegios que ya producen electricidad utilizando el sol como materia prima suministrarán a la red unos 176.000 kilovatios-hora/año. Si esa cantidad de energía hubiera que producirla, por ejemplo, en una central térmica de carbón, además del consiguiente consumo de combustible fósil se estarían arrojando a la atmósfera más de siete toneladas de dióxido de carbono, unos 166 kilos de anhídrido sulfuroso y cerca de 25 kilos de óxidos de nitrógeno, todos ellos contaminantes.
Cuando en 2000 la Agencia Local de la Energía examinó la situación de los 119 colegios públicos ubicados en Sevilla, determinó que estos requerían cada año más de 400 tep para cubrir sus necesidades energéticas, lo que suponía un gasto cercano a los 100 millones de pesetas. Ya entonces, los responsables de este examen advirtieron que "muchas de las instalaciones de los colegios son obsoletas, lo que conlleva, además de despilfarro energético, servicios deficientes (mala iluminación y calefacción), costes de mantenimiento elevados (muchas averías) y riesgo de accidentes (descargas eléctricas e incendios)". Con estos argumentos, además de los puramente ambientales, los 873.289 euros que se han invertido podrán amortizarse a corto plazo.
Al mismo tiempo que se ponían en marcha estas instalaciones fotovoltaicas en colegios sevillanos, la Consejería de Educación firmaba un convenio con el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE) que persigue idénticos objetivos a escala regional. Andalucía se suma de esta manera a la conocida como Red de Escuelas Solares, un proyecto que Greenpeace puso en marcha en 1997 y al que se incorporó el IDAE hace poco más de un año.
En una primera fase serán ocho, uno por provincia, los institutos andaluces que contarán con paneles fotovoltaicos, capaces de generar, en conjunto, más de 23.000 kilovatios-hora/año de electricidad. Los equipos ya estarán conectados a la red al inicio del próximo curso escolar y, además de reducir la factura energética de los centros, evitarán el vertido a la atmósfera de unas 23 toneladas de dióxido de carbono, principal responsable del cambio climático.
Los municipios en los que se ubican los primeros institutos seleccionados son Tíjola (Almería), Jerez de la Frontera (Cádiz), El Viso (Córdoba), Granada, Almonte (Huelva), Segura de la Sierra (Jaén) y Estepa (Sevilla). La inversión total prevista ronda los 400.000 euros, que se cubrirán, en parte, con las subvenciones que para este tipo de iniciativas contemplan el IDAE y la Consejería de Empleo y Desarrollo Tecnológico.
Comentarios y sugerencias a propósito de Crónica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es
Aprender con energía
La primera escuela solar que se creó en España fue la que Greenpeace desarrolló, a mediados de 1997, en el Instituto Antoni Maura de Palma de Mallorca. En este centro educativo se instalaron paneles fotovoltaicos cuya producción eléctrica se conectó a la red sin mayores problemas. Ante la demanda de apoyo para iniciativas similares, la organización ecologistas decidió crear, ese mismo año, la Red de Escuelas Solares, a la que desde entonces presta asesoramiento, ocupándose, asimismo, de su coordinación.
En la actualidad, y en el conjunto del país, hay unos 300 centros educativos de todo tipo asociados a la red. La mayoría cuentan con tejados fotovoltaicos cuya instalación se ha simplificado a raíz de la firma de un convenio de colaboración entre Greenpeace y el IDAE. Mediante este acuerdo, el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético se compromete a sufragar el 100% de los equipos, mediante el mecanismo de "financiación por terceros" que permite recuperar la inversión gracias a la venta de la electricidad generada.
Ya que las compañías eléctricas están obligadas a comprar esta energía de origen solar a un precio de 0,40 euros por kilovatio-hora, una instalación de 5 kilovatios (kW) de potencia, la habitual en estos casos, genera al año unos ingresos de entre 2.000 y 3.000 euros.
Las escuelas solares, además, fomentan la educación ambiental y sirven de referente a otros colectivos interesados en el desarrollo de este tipo de energías alternativas.
La información sobre esta iniciativa, incluidos las condiciones y requisitos para acogerse a la misma, puede consultarse en la página web de Greenpeace (www.greenpeace.es/gp2/RedSolar/red.htm).
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