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Reportaje:

Doble rasero para las fosas de la guerra

Críticas al escaso interés del Gobierno por reabrir las tumbas de republicanos en comparación con las de la División Azul

Carlos E. Cué

Cuatro meses se cumplen hoy de la histórica resolución del Congreso de los Diputados del pasado 20 de noviembre. En ella se aprobó por unanimidad condenar el franquismo y ayudar a las familias que quieren abrir las fosas de los republicanos fusilados durante la Guerra Civil y enterrados en cunetas de media España. Hasta 30.000 cuerpos siguen bajo tierra sin sepultura que honre su memoria. Esa resolución tuvo un importante carácter simbólico. Pero las familias sostienen que aún no han visto ningún efecto práctico. "Se ha quedado en papel mojado", critica Emilio Silva, presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), pionera en la apertura de fosas de republicanos.

El Ejecutivo ha gastado 130.000 euros en los caídos en el frente ruso y nada en los republicanos

La comparación con las otras fosas del franquismo indigna a las familias y a la oposición. El Ministerio de Defensa estableció en 1995 un convenio de colaboración con una asociación alemana, la Fundación Volksbund, para recuperar los cadáveres de soldados españoles de la División Azul, caídos mientras luchaban para tomar Leningrado, ahora San Petersburgo. El invierno y el fuego ruso acabó con 4.500 de ellos entre 1941 y 1945. Sus cadáveres estaban desperdigados en varios cementerios.

Grigorovo (207), Raikolowo (270) , Podberjse (200), Komunar (164), Pavlosk (727)... son nombres de cementerios que las familias conocen bien. La Fundación Volksbund, encargada de recuperar los cuerpos de los alemanes muertos en ese frente, lleva a cabo lentamente esa tarea. Para ello cuenta con el apoyo del Ministerio de Defensa, que ya ha gastado en esa operación 90.000 euros. Gracias a ellos se han recuperado ya 1.162 cadáveres de soldados españoles, según una respuesta a la diputada socialista Amparo Valcárcel. El objetivo es enterrarlos a todos en una misma zona dentro del cementerio alemán de Pankovka. Acondicionar esa zona sólo ha costado 40.000 euros, porque Alemania se ha hecho cargo de casi todo. Esta primavera se tributará un homenaje a los españoles enterrados en Pankovka.

No es un trabajo fácil, ni rápido identificar los cadáveres de los soldados españoles 60 años después de que fueran enterrados. Los expertos de la Volksbund utilizan todo tipo de elementos para lograrlo: restos de uniformes, armas, monedas, chapas identificatorias... Por suerte, los capellanes que acompañaban a la División Azul hacían meticulosos informes de cada entierro, con croquis incluidos, que se conservan en los archivos militares. Los españoles que lucharon con el Ejército Rojo no tuvieron tanta suerte, porque los rusos enterraban a todos juntos, sin distinción de nacionalidades. De todas maneras, los que logren ser identificados serán, al menos en principio, enterrados también en Pankovka, junto a sus eternos enemigos. Son muchos menos: 187 muertos y 20 desaparecidos.

Este trabajo lento, organizado, y pagado por el Gobierno, es precisamente lo que reclama la ARMH para las fosas de republicanos españoles. Lo mismo opina la oposición. La socialista Amparo Valcárcel critica el "doble rasero" del Ejecutivo. A pesar de que aprobó la proposición de ayuda a los familiares de desaparecidos, el Gobierno no ha adquirido en ningún momento compromisos presupuestarios. No hay dinero para la apertura de fosas. De ello tienen que encargarse los ayuntamientos, dice el Ejecutivo. Pero los familiares se encuentran con que algunos municipios no quieren colaborar, y sobre todo con que no hay nadie que les organice. En la presentación del libro Las Fosas de Franco (Temas de Hoy), Santiago Macías, cofundador con Silva de la ARMH y coautor del libro, pedía una cosa aún más sencilla que la dotación económica: un simple registro, una oficina de los desaparecidos, organizada por la Administración.

Macías, que recolecta con tesón los datos de más de 2.000 familias que buscan a sus desaparecidos, recuerda que la mayoría son personas mayores, que viven en pueblos y no tienen acceso a la documentación. "A veces ha bastado con decirles que se leyeran un libro, y en un párrafo se hablaba de su familiar. Con esa simple gestión resolvíamos una duda que atormentó a esa gente durante 60 años. Pero ni siquiera eso quiere hacer la Administración".

Las quejas se dirigen directamente al Ministerio de Defensa, que mientras financia las exhumaciones de cadáveres de soldados de la División Azul, se niega a abrir una fosa de 50 militares republicanos en Cartagena (Murcia) y a reflotar el submarino C-3, hundido por los nazis en la bahía de Málaga con 37 republicanos a bordo.

A pesar de los problemas, y gracias al tesón de las familias y a los voluntarios, las aperturas de fosas, lentamente, continúan. Este verano se abrirá una en Valdediós (Asturias) con un campo de trabajo internacional. Hay ganas y gente, sólo falta el dinero que la Administración se niega a poner.

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