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160 mujeres pasan el test del sida tras descubrirse que su ginecólogo contagió a una paciente

El médico, que ignoraba que estaba infectado, contagió el VIH en una cesárea en Barcelona

Miquel Noguer

Un ginecólogo de una clínica privada de Barcelona transmitió el virus del sida a una mujer mientras ésta daba a luz en un parto por cesárea. Según las investigaciones del Colegio de Médicos de Barcelona, el ginecólogo, que no sabía que estaba infectado, transmitió el virus al cortarse con el bisturí u otro utensilio de quirófano que después entró en contacto con la herida de la paciente. Éste es el primer caso documentado en Europa de un médico que transmite el VIH a un paciente. Tras descubrirse el caso, unas 160 mujeres intervenidas por el ginecólogo han sido llamadas para someterse a la prueba del sida. Ninguna ha dado positivo, aunque aún faltan una veintena de resultados (y en algún caso incluso someterse al test).

El presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, Lluís Bruguera, explicó que el facultativo causante del contagio continúa en activo "aunque no realiza intervenciones quirúrgicas o prácticas que entrañen riesgo de transmisión del virus". Bruguera explicó que la investigación del caso comenzó hace un año y medio, cuando la mujer intervenida comenzó

a encontrarse mal. Su médico le realizó varias pruebas rutinarias, entre ellas la del VIH, que acabó dando positivo. Al analizar las causas de transmisión del virus, la mujer aseguró que no había mantenido prácticas sexuales de riesgo ni usaba drogas parenterales, por lo que tomó fuerza la hipótesis del contagio en el quirófano. Por ello, el Departamento de Sanidad ordenó que se realizara la prueba del VIH a todo el personal médico que tuvo contacto con la paciente. Sólo el ginecólogo dio positivo.

Conocidos estos resultados se activaron los métodos de control que obligan a realizar la prueba del sida a todas las mujeres que intervenidas por el mismo ginecólogo, unas 160. "Faltan 25 mujeres que todavía no tienen el resultado de la prueba, algunas de ellas porque no han recibido la llamada telefónica", dijo ayer a Efe el gerente de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, Joan Guix.

El presidente del Colegio de Médicos explicó que el ginecólogo no ha sido expedientado, "ya que él mismo desconocía que era portador del virus". Sin embargo, el caso sí ha sido estudiado por la comisión asesora de médicos con infecciones transmisibles por sangre del mismo colegio, que envió una circular al médico con la "recomendación" de que abandonara su actividad quirúrgica, aunque puede seguir pasando consulta. "El colegio no puede hacer más", afirmó Bruguera, quien aseguró que "ninguna ley impide que el médico pueda seguir con actividad profesional; si lo hiciéramos estaríamos discriminando a una persona por el hecho de ser portadora del virus del sida". Bruguera explicó que la mujer contagiada ha descartado acudir a los tribunales después que ésta pactara una indemnización con el Colegio de Médicos, la cuantía de la cual no ha trascendido.

Las administraciones, por su parte, han centrado su trabajo en localizar a todas las pacientes que fueron intervenidas por el ginecólogo, una tarea que según una portavoz de la Agencia de Salud Pública de Barcelona ha resultado "muy laboriosa", ya que se ha tenido que "contactar con ellas con mucho tacto y, después de explicarles el caso, pedirles autorización para realizarles el test del VIH". La colaboración, sin embargo, ha sido total.

El Departamento de Sanidad declinó hacer cualquier tipo de declaración "por respeto a las personas implicadas". Sin embargo, sí hizo un llamamiento a la calma y recordó que el caso está bajo control. Lo mismo hizo la Agencia de Salud Pública de Barcelona. Ninguna de las dos administraciones hablaron de las posibles medidas legales que puedan tomarse a partir de ahora.

El único precedente conocido sobre un caso similar hay que buscarlo en Estados Unidos, donde recientemente cinco pacientes acusaron a su dentista de haberles transmitido el virus del sida durante una intervención en su consulta.

En España el anestesista valenciano Juan Maeso transmitió presuntamente la hepatitis C a 278 pacientes de cuatro hospitales entre 1989 y 1997. Una de las víctimas falleció. Este caso sí ha llegado a los tribunales y los afectados piden al anestesista una indemnización que suma más de 26 millones de euros. El juez dictó un auto en el que observaba indicios de un delito de homicidio por negligencia, aunque todavía no se ha celebrado el juicio.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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