Arafat boicotea en el Parlamento palestino los poderes del nuevo primer ministro
Los diputados se rebelan contra el intento del presidente de mantener sus competencias
Yasir Arafat se resiste a abandonar el poder absoluto que ejercía hasta ahora. El presidente palestino ha desencadenado una batalla legal sin precedentes en el Parlamento, en un titánico esfuerzo por continuar manteniendo el control total de la Autoridad Nacional Palestina e impedir que el futuro primer ministro, Abu Mazen, goce de atribuciones importantes y sea autónomo. La actitud terca del presidente amenaza con hacer fracasar el proceso democratizador exigido por la comunidad internacional, especialmente la Unión Europea y Estados Unidos.
El camino hacia la democratización del régimen palestino, abierto hace una semana por los diputados, reformando la Ley Básica y otorgando importantes prerrogativas al futuro primer ministro, Abu Mazen, quedó ayer bloqueado cuando el presidente Yasir Arafat presentó ante la Cámara siete impugnaciones al proyecto legislativo.
Con esta batería de iniciativas, Arafat trata de asegurarse el poder absoluto y el control de todo el aparato ejecutivo y colocar bajo su autoridad al futuro jefe del Gobierno, Abu Mazen, y a cada uno de sus ministros.
Las exigencias de Arafat reclamando el derecho legal a suspender unilateralmente al primer ministro, vetar a cada uno de los miembros del Gabinete, establecer el orden del día del Consejo de Ministros y, en definitiva, seguir controlando al Ejecutivo palestino, fueron rechazadas por la mayoría de los diputados, por 49 votos contra 22.
Segunda votación
A pesar del resultado adverso, el presidente de la Cámara, Abu Ala, un incondicional seguidor de Arafat, forzó, de manera un tanto irregular, una segunda votación Pero la propuesta del presidente del órgano legislativo fue nuevamente derrotada. El presidente del Parlamento optó, finalmente, por suspender la sesión durante 24 horas.
El penoso espectáculo del presidente Arafat resistiéndose a reformar las instituciones de la Autoridad Nacional provocó la indignación de los diputados favorables a la democratización del Consejo Legislativo.
Éstos tratan desde hace años de impulsar una renovación del sistema político haciéndolo más transparente y eficaz. La situación provocó comentarios airados, como los del diputado independiente por Gaza, Ziad Abu Amer, catedrático de Derecho Político, quien advirtió a sus compañeros de que el "mundo nos está mirando y corremos el peligro de perder credibilidad".
Los observadores internacional recalcaban además que la actitud recelosa e inmovilista del presidente palestino supone un desafío claro a Estados Unidos y una traición a la Unión Europea y, concretamente, a su emisario para Oriente Próximo, Miguel Ángel Moratinos, que ha estado trabajando en los últimos meses a brazo partido con Arafat para intentar democratizar a la Autoridad Palestina. Se trataba así se asegurar su supervivencia y facilitar el diálogo con Israel.
El presidente norteamericano, George W. Bush, se comprometió públicamente, la semana pasada, en un mensaje emitido desde la Casa Blanca, en que apoyaría el programa de pacificación y diálogo palestino-israelí, conocido con el nombre de Mapa de Ruta, siempre y cuando se aceptara el nombramiento de Abu Mazen como primer ministro, dotado de amplios poderes.
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