Un técnico francés presenta en Bilbao un sistema que recicla toda la basura sin provocar contaminación
Ni vertederos ni incineradoras. Un francés asegura que tiene la solución perfecta para aprovechar la basura doméstica, los lodos industriales, las defecciones de animales e incluso los suelos contaminados. Se trata de una planta que, mediante un reactivo,elimina la toxicidad de la basura o de metales pesados sin emisiones ni residuos tóxicos.
La iniciativa, que cuenta ya con dos instalaciones en funcionamiento en Francia y Alemania y tiene firmado otro contrato para Grecia, se ha presentado en la Feria Internacional de Medio Ambiente celebrada hasta el pasado viernes en Bilbao. Su promotor es Max Dezier, que fue responsable técnico durante 17 años de la mayor depuradora del mundo (en París) y ha obtenido la medalla de oro a la investigación del Gobierno francés por este método, denominado calcior.
Dezier se vanagloria que este sistema sólo exige electricidad, "ni petróleo ni gas", y el reactivo calcior. Las instalaciones no superan los 8,50 metros de altura, carecen de chimeneas "y no hay olores ni emisiones". El proceso consiste en depositar en unas piscinas cerradas, de tres metros de altura y 25 de anchura, residuos orgánicos e inorgánicos. Todos ellos se mezclan y trituran. Se añade cal y el reactivo calcior, que crea "una reacción físico-química, que es exotérmica, natural, y así se alcanzan los 250 ó 300 grados sin luz ni oxígeno".
Dezier señala que la reacción apenas provoca humo -"lo poco que sale lo limpiamos en una torre de lavado con lo que se convierte en agua de nuevo"- y destaca la rapidez del proceso. "El proceso dura cuatro o cinco horas y en el día podemos sacar los productos ya tratados". La principal virtualidad es que se recicla el 100% de lo depositado: los materiales orgánicos se pueden utilizar como abonos y los inorgánicos, que quedan completamente inertizados, tienen un futuro uso como combustible para cementeras, pavimentación de carreteras o arenas ligeras. "Hemos recuperado también coches destrozados para hacer bloques de cemento".
Max Dezier asegura que su empresa trata desde hace dos semanas 20 kilos de chapapote, "y los resultados han sido muy buenos".
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