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Chaves acuerda con Ana Palacio una visita a Marruecos sin aristas y alejada de polémicas

El presidente andaluz es el primer alto cargo del Estado en viajar a Rabat tras la crisis

Lourdes Lucio

El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, inicia el próximo martes una visita oficial de dos días a Marruecos. Se trata de su sexto viaje oficial a ese país y el primero de un alto representante español tras 15 meses de crisis diplomática. Los asuntos de cooperación y la firma del Plan de Desarrollo Transfronterizo (PDT) marcan la agenda de la estancia en Rabat. El viaje se ha programado en estrecha colaboración con la Embajada española y con el Ministerio de Asuntos Exteriores. El también presidente federal del PSOE acordó en una conversación con la ministra Ana Palacio una visita sin aristas, en la que no se introdujeran temas en litigio entre España y Marruecos.

La Junta de Andalucía empezó a trabajar en la sexta visita oficial de Chaves a Marruecos en el mes de diciembre, una vez que parecía cercano el regreso a sus puestos de los embajadores. Los contactos con las autoridades norteafricanas, pese a la crisis diplomática y el episodio de Perejil -el islote próximo a Ceuta ocupado por seis gendarmes marroquíes en julio pasado y recuperado días más tarde por el Ejército español-, nunca se han interrumpido, ni tampoco la programación de actividades conjuntas a través de la Fundación de las Tres Culturas del Mediterráneo, aunque sí se ha mantenido un perfil bajo.

La permanente del patronato celebró el pasado 3 de marzo en Sevilla su primera reunión tras la crisis, en la que se acordó dar un giro más social a los proyectos, con el fin de reforzar los lazos entre la sociedad civil de ambas orillas del Estrecho para amortiguar los periodos de tensión.

Según informó a El PAÍS el consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, el viaje se ha programado en estrecha colaboración con la Embajada española y con Asuntos Exteriores, toda vez que se trata de la primera visita de un alto cargo español a Marruecos tras la crisis diplomática. El propio Chaves mantuvo una conversación con la ministra Ana Palacio sobre su estancia en Rabat en la que quedó patente el interés del ministerio de que "no se introdujera ninguno de los temas en litigio que supusiera distorsión" en las relaciones entre España y Marruecos, según el consejero.

Pese a que la Junta de Andalucía ha puesto el acento en que se trata de un viaje para abordar asuntos de cooperación -Chaves incluso ha evitado inaugurar obras ya terminadas en el norte de Marruecos-, a juicio de algunos observadores la visita tiene una "extraordinaria significación política".

"El viaje puede ayudar a que el clima bilateral mejore y en la medida en la que Chaves es un hombre de Estado, presidente de una comunidad vecina y presidente del PSOE, a Marruecos le interesa mucho tenerlo como interlocutor", asegura una fuente diplomática.

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En el año y medio que ha durado la crisis con Marruecos, Chaves ha evitado con exquisito cuidado cualquier señal que fuera interpretada por el Gobierno central como un acto de deslealtad con la política exterior española en el Magreb, no tanto por el qué dirán sino por convicción. La Junta ni siquiera se ha planteado abrir una oficina en Marruecos para regular la inmigración, como hará Cataluña a partir de la próxima semana, pese al impacto, a veces dramático, de este fenómeno en Andalucía. Chaves ha hecho más gestos -que ha combinado con continuos llamamientos a la normalidad- y ordenó paralizar la puesta en marcha de nuevos proyectos de cooperación con Marruecos hasta que no se solucionara el conflicto diplomático. Pese a todo, cada vez que él o sus consejeros han anunciado preparativos del viaje han recibido desabridas críticas por parte del PP.

Algo que volverá a ocurrir según pronostican los medios consultados: "Va a ser un viaje muy pulcro y limpio y aunque va a tener mucho cuidado para no provocar ningún elemento de crítica, el reproche va a llegar, porque Marruecos va a querer hablar con Andalucía de aquellos temas que no puede hablar con el Gobierno de Aznar".

Chaves tiene algunas muestras de la reacción del PP, como cuando le acusó de organizar un seudoreferéndum sobre el Sáhara en la sede del Parlamento andaluz. La decisión nada tuvo que ver con el Ejecutivo autonómico ya que fueron todos los grupos parlamentarios -incluidos el popular y el socialista- los que acordaron sumarse a la convocatoria realizada por una ONG y celebrar el acto en la Cámara andaluza. De hecho, el día en que se recogían firmas en la sede parlamentaria, Chaves mostró un evidente enfado e irritación y vaticinó que el acto simbólico tendría consecuencias. No obstante, asumió una parte de responsabilidad ya que su partido había dado su apoyo a la iniciativa.

El jefe del Gobierno andaluz tiene previsto entrevistarse con el primer ministro, Driss Jetou, y con los ministros de Asuntos Exteriores, Mohamed Benaissa, entre otros. La Junta no informó si la firma del Plan de Desarrollo Transfronterizo la hará Chaves con Jetou o Benaissa.

Manuel Chaves saluda al rey Mohamed IV, en su última visita a Marruecos en octubre de 1999.
Manuel Chaves saluda al rey Mohamed IV, en su última visita a Marruecos en octubre de 1999.EFE

Los retrasos del plan

La firma del Plan de Desarrollo Transfronterizo (PDT) Andalucía-Marruecos, el proyecto de cooperación más ambicioso y mejor dotado por la Junta, ha sufrido tres retrasos. En principio su rúbrica estaba prevista para diciembre de 2000. Con una vigencia inicial de cinco años (2001-2005) y dotado con 45 millones de euros, el convenio no salió adelante a causa del conflicto pesquero por la no renovación del acuerdo entre la Unión Europea y el Reino de Marruecos. En abril de 2001, la Junta demoró la firma ya que consideró que podría no ser bien entendida por el sector pesquero cuando pendía la amenaza del desguace para 203 barcos de la flota andaluza.

Cuando el problema de la pesca se enfrió y Chaves se disponía a viajar a Marruecos se cruzó la decisión unilateral por parte del país magrebí de ordenar la retirada de su embajador en Madrid. Fue entonces cuando el propio presidente de la Junta de Andalucía anunció que no firmaría el PDT hasta que no regresara el embajador "porque no tiene ningún sentido", dijo el 8 de noviembre de 2001 en Berlín, "y no es conveniente".

El dirigente socialista incluso fue más allá días más tarde cuando en una sesión de control del Parlamento mostró su apoyo al Gobierno español en el contencioso con Marruecos, cuya retirada del embajador calificó de "injustificada", y anunció la suspensión de los programas de cooperación. La directriz, sin embargo, no afectó a los proyectos que ya estaban en marcha porque haberlos parados hubiera supuesto un perjuicio mayor.

A la cuarta vez parece que va la vencida. El martes Chaves firmará el PDT. Su vigencia será de 2003 a 2006 y supondrá una inversión de 48 millones de euros. Los ejes de intervención -principalmente en el Norte de Marruecos- se centran en los servicios sociales básicos, desarrollo social, desarrollo económico, infraestructuras, fortalecimiento institucional, medio ambiente y energía, y cultura y rehabilitación del Patrimonio.

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