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El trasplantado de islotes pide apoyo para la investigación y que cese la polémica política

El paciente se inyecta la mitad de insulina que antes de la intervención

Domingo C. -el paciente trasplantado de islotes pancreáticos hace 12 días en el hospital Carlos Haya de Málaga- sigue su evolución favorable: ya se pincha la mitad de insulina que antes de la intervención. Los médicos no quieren generar falsas expectativas y advierten que el camino científico que queda por delante es todavía muy largo. Por eso, el enfermo reclama que se deje a un lado la polémica política sobre células madre y se apoye la investigación "para sacar de un hoyo" a los diabéticos. El hospital ha recibido numerosas consultas de enfermos de toda España.

El paciente, que hasta antes del trasplante se inyectaba insulina tres o cuatro veces al día, ahora necesita la mitad de la dosis. "Me encuentro bastante bien, ha mejorado mi calidad de vida, me canso menos y noto que baja el nivel de azúcar", contó ayer este melillense de 41 años, trasplantado de riñón y de páncreas. Domingo se sometió a la transfusión de islotes porque el trasplante de páncreas que recibió hace un año no tuvo el éxito esperado. "Confío en esta puerta inmensa que se abre ahora y el Estado tiene que abrirla aún más apoyando a los científicos por el bien de la gente. Hay que dejar la polémica política a un lado y ayudar, todo lo que se pueda y más, a los investigadores porque sólo ellos pueden sacar de un hoyo a los diabéticos", pidió. Su llamamiento llegó justamente un día después de que el Parlamento andaluz tomara en consideración una proposición de ley del PSOE, aprobada con la abstención del PP, para la investigación con células madre embrionarias.

Desde que se conoció el trasplante, el hospital no para de recibir llamadas de toda España. Los médicos confían en la técnica, pero no quieren levantar falsas expectativas: "Tenemos los pies en el suelo y sabemos que es un camino muy largo. Estos son los comienzos y comienzos dubitativos. Esperamos que dentro de unos años tengamos en el hospital una unidad consolidada, pero nos queda mucho trabajo por delante", advirtió el nefrólogo Miguel González.

Domingo pide que además de las administraciones y de los investigadores se involucre la sociedad, mediante el apoyo a la donación de órganos porque "creo que esto no va levantar falsas expectativas".

El paciente fue diagnosticado cuando tenía 14 años y comenzó a inyectarse a los 25. Necesita someterse a una segunda transfusión de islotes, pero de momento los médicos quieren valorar su evolución. Aunque la intervención requiere un proceso previo complejo, el enfermo confirma las ventajas de la técnica: "Es como una transfusión, dura unos 20 minutos. Es menos agresiva que un trasplante y el posoperatorio es de un par de días. Para mí ha sido como una liberación".

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