"Hagamos lo que hagamos, Estados Unidos nos atacará"
"Estamos convencidos de que hagamos lo que hagamos, Estados Unidos nos atacará", dijo ayer el general Husam Amín, jefe del Departamento Nacional de Seguimiento (DNS), antes de matizar: "Existe una posibilidad de que la situación mejore con el apoyo de otros países del Consejo". La misma sensación transmitían las últimas embajadas en Bagdad, que se preparaban para salir del país.
Amín inició su comparecencia ante la prensa con la lista de actividades de los inspectores. "Hemos cooperado de forma activa en todos los terrenos", dijo, "por lo que esperamos que se declare a Irak libre de armas de destrucción masiva y se levanten las sanciones injustas impuestas al pueblo iraquí". En el turno de preguntas se evidenciaron sus temores.
Le incomodó la mención al campo de entrenamiento de kamikazes al norte de Bagdad revelado por la cadena Al Yazira. Primero, trató de obviar el asunto. Luego, ante la insistencia de los periodistas, aceptó implícitamente su existencia. "Nos preparamos para todas las posibilidades, también para la guerra", afirmó, "aunque a la vez tratamos de resolver los asuntos pendientes con los inspectores, debe quedar claro que el pueblo luchará contra cualquier fuerza que intente entrar en Irak".
El riesgo de que un ataque a Irak desencadene una oleada de atentados suicidas se ha convertido en un asunto recurrente. Las autoridades iraquíes exhiben la amenaza con cautela, sabedoras de que su planteamiento podría servir de pretexto. Se trataría de acciones defensivas ante el avance de las tropas invasoras. En ningún momento, se ha hablado de operaciones fuera de Irak.
Destrucción de misiles
Los funcionarios del DNS, interlocutor iraquí de los inspectores, prosiguieron ayer con la destrucción de otros seis misiles Al Samud 2 y 11 ojivas, según informó un portavoz. Sin embargo, aún no han facilitado los documentos prometidos hace una semana sobre los programas de carbunco (ántrax) y gas nervioso VX. "Irak aún está trabajando en ese informe", manifestó el general Amín, que no pudo precisar si estaría listo antes de la reunión del Consejo.
Una importante revelación sobre esos agentes químicos facilitaría la posición rusa y francesa, que han anunciado la posibilidad de ejercer el veto. Algunas fuentes temen que ni siquiera ese gesto pueda evitar la guerra. Para EE UU sería "demasiado poco, demasiado tarde".
"Aceptar la destrucción de los misiles fue una decisión política", declaró Amín, "para que nuestros amigos en el Consejo tuvieran la oportunidad de defender nuestro caso". Los amigos son Francia y Rusia, que se han mostrado muy críticos con los planes de Washington.
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