Cebrián afirma que "en estos momentos es un acto de valentía decir lo que uno piensa"

Dos escritores y periodistas, Juan Luis Cebrián y Manuel Rivas, coincidieron ayer en A Coruña en resaltar la unión de literatura y periodismo, una relación vista en ocasiones como un matrimonio desigual y casi morganático por los partidarios de la creación pura. "Un buen periodista tiene que tener un alma de escritor", señaló Cebrián en una tertulia titulada El arte de conversar, celebrada en el Museo de Arte Contemporáneo Unión Fenosa. Manuel Rivas, que actuó como presentador, había desgranado previamente una relación de escritores-periodistas, de Mark Twain a Charles Dickens, hasta llegar a Gabriel García Márquez. Juan Luis Cebrián amplió la lista a Mario Vargas Llosa y apuntó que incluso el género ensayístico está relacionado con el periodismo, "porque un hito como La rebelión de las masas salió a la luz primeramente como un folletón".

Las preguntas del público derivaron el rumbo de la tertulia hacia cuestiones de actualidad, "en estos momentos en que es un acto de valentía decir lo que uno piensa", en definición de Cebrián. "Vamos a ir a una guerra, porque será una ocupación, pero una guerra muy cruenta si Sadam decide resistir en las ciudades", respondió el consejero delegado de PRISA a un asistente que cuestionó el uso del concepto guerra en las informaciones sobre el conflicto de Irak, al tiempo que ponía la pregunta como ejemplo de lo laborioso del trabajo de la Academia para establecer las definiciones de palabras como globalización o dictadura.

Cebrián utilizó asimismo el conflicto bélico como ejemplo de la importancia del conocimiento, al que definió como "la materia prima del siglo XXI". "Si estamos en la situación que estamos es porque Estados Unidos ha acumulado una enorme riqueza porque ha realizado una enorme inversión en desarrollo tecnológico. Esta España una, grande y libre que se suma a la guerra para contar entre los países avanzados está en el número 24 en el desarrollo de la sociedad de la información, por detrás de Corea o Estonia, y en el puesto 62 en inversiones tecnológicas", señaló.