Francia, Bahamas y la firma que visó el 'Prestige' concluyen que el alejamiento causó la tragedia
El Gobierno español mantiene aún abierta su "investigación confidencial" sobre el accidente
La autoridad marítima de Bahamas, que abandera el petrolero Prestige, culpa de su hundimiento a Fomento. "Si se hubiera trasladado a un lugar más protegido, el buque y su carga casi con toda seguridad se habría salvado y cualquier contaminación habría sido mínima". También el Gobierno francés considera un factor agravante que el Prestige siguiera "en la mar después de su accidente inicial, en condiciones delicadas". ABS, la sociedad internacional que garantizó el buen estado del barco, lo remacha: "No se habría partido si no hubiera sufrido tal severa carga de oleaje durante un periodo sostenido".
Tras una investigación de varios meses, dos Administraciones, la de Francia y la de Bahamas, cuestionan el alejamiento del barco -"la mejor decisión de las posibles, la única que hubiera tomado una autoridad marítima responsable", según el ministro español de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos. El Gobierno francés, a través de su oficina de investigaciones de accidentes en mar (Bea-Mer), censura ya en sus primeras conclusiones el destino dado por el Gobierno español al petrolero herido. "Con la información en este momento en poder de Bea-Mer, la pérdida total del Prestige puede imputarse a una serie de factores sucesivos". Y uno de esos elementos toca de lleno al Ministerio de Fomento: "El mantenimiento del buque en la mar en condiciones difíciles después de su avería inicial, unido a las dificultades de acogida (configuración del litoral, medios de remolcaje limitados). La operación de remolcaje", junto con la labor de lastrado para adrizar el buque, acarrearon "unos esfuerzos suplementarios sobre la estructura" del buque, explica el informe de la Administración pública francesa.
La autoridad de Bahamas es aún más directa en su acusación: resume que los problemas iniciales del Prestige comenzaron con un fallo de la chapa lateral del buque en uno de los tanques de lastre de estribor, que estaba vacío, y se llenó de agua. El buque se escoró 25 grados. El motor se paró. "El capitán tomó acciones inmediatas para reducir la escora, pero fueron necesarias varias horas antes de que la escora se redujera a cinco. La gran escora unida al fuerte balanceo provocó que pequeñas cantidades de la carga de hidrocarburo rebosaran por las aberturas de cubierta", informa la autoridad de Bahamas. El escrito destaca que "en esa fase no se había producido ningún daño a los tanques de carga. Esa fase continuó durante varias horas después del incidente inicial". Pero Bahamas detalla cómo el paso de las horas en alta mar convertiría un petrolero herido y operable en un barco desahuciado. "El buque se encontraba en una posición tal con respecto al estado de la mar que el fuerte oleaje continuó golpeando el área dañada. Finalmente, una pieza más de la chapa lateral fue arrancada y, al soltarse, probablemente dañó la chapa de uno de los tanques de carga, que comenzó a derramar su carga, causando una grave contaminación".
Lugar protegido
"Parece ahora bastante claro que si se hubiera emprendido una acción decisiva en una fase temprana para trasladar el buque a un lugar más protegido, el buque y su carga casi con toda seguridad se habrían salvado y cualquier contaminación había sido mínima". "Una vez que las autoridades costeras [españolas] tomaron la decisión de ordenar al buque dirigirse a alta mar, sin poner en práctica ninguna disposición que evitase que se produjera cualquier daño adicional, era probable que el buque se hundiera a la larga a menos que el tiempo amainase muy rápidamente".
"La prueba de la fuerza residual del buque después del daño inicial se ilustra por el hecho de que siguiera intacto durante seis días más en condiciones de mar muy severas". La autoridad marítima de Bahamas acusa al Gobierno español de haber dificultado sus pesquisas: "La recogida de pruebas sigue siendo obstaculizada por la lenta respuesta del estado costero a los requerimientos de información". España abrió su propia investigación confidencial a través del Ministerio de Fomento. Los trabajos continúan.
Bahamas admite que su investigación se complica porque los restos del buque están a más de 3.000 metros bajo la superficie del mar y sostiene que todas las pruebas apuntan que el barco estaba "bien mantenido, inspeccionado y reparado". No obstante, esta autoridad marítima asegura que sigue investigando "una serie de posibles fuentes del fallo original". En concreto, sus pesquisas se centran en "el posible debilitamiento de la obra de acero en la zona del tanque de lastre debido a la fatiga y la redistribución de las tensiones en la proximidad de las principales reparaciones realizadas en el tanque de lastre de estribor donde comenzó el fallo del casco, que habría producido tensiones inesperadamente elevadas en esa zona".
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