Los kurdos preparan tres aeródromos para el despliegue de EE UU en el norte de Irak
El Gobierno autónomo de Kurdistán refuerza la seguridad ante los ataques de guerrilleros islámicos
Los kurdos del norte de Irak, que escapan al control de Sadam Husein desde la guerra del Golfo, preparan tres campos de aterrizaje ante un eventual despliegue de tropas de Estados Unidos contra el régimen de Bagdad, según confirmó ayer un portavoz de la Administración del Kurdistán autónomo en Suleimaniya. La cooperación de la oposición interna cobra aún más fuerza en caso de que Turquía mantenga su rechazo a ceder el uso de bases aéreas y navales para que Washington abra un frente de combates con armamento pesado en el norte de Irak.
Aptos para el aterrizaje de aviones de transporte Hércules C-130, los aeródromos kurdos se sitúan en Bakrajo, en las afueras de Suleimaniya; en Harir, al noreste de Erbil, la capital de la región autónoma; y en Dahuk, la principal ciudad del norte del territorio, cerca de la frontera con Turquía, según las fuentes kurdas consultadas. "Un cierto número de militares y técnicos especialistas norteamericanos trabaja ya en el acondicionamiento de las pistas", aseguró el portavoz oficial kurdo, sin dar más detalles. De no poder contar con los puertos y aeropuertos militares turcos, EE UU se verá obligado a alterar su planes de guerra.
Los Hércules no pueden transportar los carros de combate que protegen a la 4ª División de Infantería del Ejército de EE UU, algunos de los cuales llevan más de una semana en puertos del Mediterráneo turco sin poder ser desembarcados. Pero las pistas de aterrizaje de Kurdistán -antiguos aeródromos militares abandonados desde 1991 por el régimen iraquí- admiten el despliegue de otras unidades ya seleccionadas por el Pentágono, como la 101ª División Aerotransportada, que cuenta con vehículos blindados ligeros.
Fuerzas especiales de EE UU se encuentran ya preparando el terreno a esta operación en territorio iraquí controlado por los peshmergas de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), que tiene su cuartel general en Suleimaniya, según confirman fuentes de este partido nacionalista kurdo. La amenaza lanzada por guerrilleros islamistas enfrentados a la UPK contra la presencia de tropas norteamericanas parece estar detrás del reforzamiento de las medidas de seguridad que se observa en la región autónoma. La guerrilla de Ansar el Islam, hasta 500 militantes integristas iraquíes y varias docenas de combatientes extranjeros, supuestamente ligados a Al Qaeda, controla una franja montañosa en la frontera de Irán desde la que hostiga a las milicias laicas de la UPK.
Desde ayer, los periodistas extranjeros deben comunicar con antelación a las autoridades sus movimientos fuera de Suleimaniya. Camionetas con ametralladoras, amenazadoramente manejadas por peshmergas de la UPK, patrullan incesantemente por las calles de la ciudad. Y algunos puestos de control de las carreteras kurdas se han convertido en fortines, donde milicias irregulares manejan el gatillo con demasiada facilidad.
En un oscuro incidente registrado el martes, cinco hombres murieron tiroteados "por error" en un puesto de control de carretera situado a unos 20 kilómetros al oeste de Suleimaniya, en dirección a Kirkuk. Las víctimas eran Abdalá Qasri, dirigente del partido islamista moderado Komali, que a su vez cuenta con una milicia aliada a la UPK en los combates contra Ansar el Islam, su conductor y tres guardaespaldas. Según la primera versión de los hechos, los pershmergas abrieron fuego contra un comando de Ansar el Islam que merodeaba por la zona, próxima al aeródromo de Bakrajo, para atentar contra militares estadounidenses. Un comandante de la milicia kurda en Halabha expresó su confianza en poder contar pronto con fuerzas especiales de EE UU para "liquidar" a los combatientes islamistas agrupados en la frontera iraní.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.