Con el nombre del padre
WALTER OPPENHEIMER | Londres
Algunas mujeres consiguen pasar dos veces a la historia. Diane Blood es una de ellas. Ayer doblegó al Gobierno británico por segunda vez. La mujer que hace seis años ganó el derecho a concebir a sus hijos con el esperma congelado de su marido, muerto de manera súbita unos años antes, consiguió ayer que el Ejecutivo admitiera ante el Tribunal Supremo que sería contrario a la Convención Europea de Derechos Humanos negarle a esos niños el derecho a llevar el apellido paterno.