España entregará ocho aviones de combate Mirage a Colombia para luchar contra el narco-terrorismo

España entregará a Colombia "por un precio político" ocho aviones de combate Mirage F-1 y dos de transporte C-212 Aviocar para apoyar la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, íntimamente relacionados en este país hispanoamericano. Así lo anunció ayer el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, en una rueda de prensa conjunta con su homóloga colombiana, Marta Lucía Ramírez, quien ha visitado España esta semana.

Además, la Armada enviará en septiembre a Colombia un dragaminas para realizar misiones de patrulla marítima y la Guardia Civil estudiará la posibilidad de mandar algún helicóptero. La cooperación se completará con la utilización por Colombia de los satélites españoles de comunicaciones y observación (Hispasat y Helios) y con la creación en Colombia de un instituto de estudios sobre seguridad, para lo que viajarán en marzo a Bogotá el jefe del Estado Mayor del Ejército, Luis Alejandre, y el director de Relaciones Institucionales de Defensa, Jorge Hevia. El primero actuó como mediador entre el Gobierno colombiano y la guerrilla del ELN.

Los ocho Mirage F-1 que serán cedidos a Colombia proceden de un lote de 13 aparatos de segunda mano comprados por España al emirato de Qatar en 1994 y que el Ejército del Aire se proponía dar de baja al no haber sido modernizados, mientras que los C-212 iban a ser devueltos a la empresa fabricante, EADS-CASA, como parte del pago por el nuevo modelo C-295.

Pese a ello, el paquete de cooperación militar presentado ayer carece de precedentes y supone un importante respaldo tanto económico como, sobre todo, político al presidente Álvaro Uribe, que en los seis meses que lleva en el poder se ha enfrentado a una sangrienta escalada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que el pasado día 9 pusieron un coche bomba en el club El Nogal de Bogotá matando a 33 personase e hiriendo a más de 150.

En sus entrevistas con los ministros de Defensa e Interior y con el director general de la Guardia Civil, así como en su vehemente intervención en la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas, la ministra colombiana se esforzó en convencer de que el fenómeno del narcotráfico, aliado al terrorismo, ha adquirido tales proporciones que no sólo supone un grave riesgo para la estabilidad de los países productores de droga, sino que puede amenazar a los consumidores.

La ayuda militar española sigue a la de EE UU, que mediante el llamado Plan Colombia ha prometido aportar 1.300 millones de dólares a la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.