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Reportaje:AMENAZA DE GUERRA | El Kurdistán iraquí

Los líderes kurdos combatirán una ocupación militar turca

La oposición iraquí a Sadam Husein constituye el embrión de un futuro gobierno provisional en Irak

Juan Carlos Sanz

"Un futuro para Irak: Estado de derecho, tolerancia y democracia". Las buenas intenciones de la pancarta escrita en inglés, árabe y kurdo en el centro de Erbil se estrellan contra la certeza de la guerra. Es la tragedia de un país roto y desangrado por más de tres décadas de dictadura y conflictos armados. Para la oposición al régimen de Sadam Husein reunida en la capital del Kurdistán autónomo iraquí, la única esperanza de libertad es derrocar al tirano. Pero sus mensajes no hablan de movilización y combates. Esbozan ya un horizonte de posguerra. Hoy crearán un comité de unidad: el embrión de un Gobierno provisional para un nuevo Irak sin Sadam.

El comité de posguerra ya ha designado las primeras carteras, como Cultura y Planes de Infraestructuras, revelaba ayer Rewbar Karim Wali, periodista y analista político kurdo en Salahudin, la población cercana a Erbil donde se celebran las reuniones de la oposición iraquí. "El principal problema es saber si Estados Unidos mantendrá un mando militar o un Gobierno civil tras la caída del régimen", precisa Wali.

"Esperamos que las fuerzas de la coalición se vayan después de hacer su trabajo"
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Zelmay Jalilzad, enviado especial del presidente de EE UU ante los "iraquíes libres", no parece haber sacado de dudas a los delegados en la primera conferencia que celebra la oposición en su propio país tras la guerra del Golfo en 1991. "EE UU no desea gobernar Irak. El pueblo iraquí deberá gestionar sus propios asuntos lo antes posible", dice Jalilzad en su comunicación oficial a la conferencia.

Pero su presencia en Erbil parece más bien encaminada a obtener el apoyo de los líderes y las fuerzas kurdas a EE UU y Turquía "ante la posibilidad de que el uso de la fuerza sea necesario para desarmar Irak". Para ello intenta garantizar que "no hay ninguna intención de Turquía de romper sus acuerdos, de forma que sus fuerzas se retirarán junto con las del resto de la coalición". A la vista de los antecedentes de Afganistán, una fuerza interior organizada -como fue la Alianza Norte frente al régimen talibán- puede actuar como vanguardia del despliegue estadounidense contra Sadam. "Entre los dos grupos kurdos que administran el norte de Irak suman 80.000 hombres en armas, incluidas fuerzas regulares y peshmergas (milicianos), sin contar con la inmediata capacidad de movilización de los cuatro millones de kurdos iraquíes", asegura el analista Karim Wali.

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Hoshyar Zibari, por el Partido Democrático del Kurdistán (PDK) y Abdulatif Rashid, por la Unión Patriótica del Kurdistán, fueron los encargados de advertir ayer en nombre de la oposición iraquí de que sería "inaceptable cualquier injerencia de fuerzas extranjeras en los asuntos internos de Irak". Zibari lo aclaró después un poco más en una de sus respuestas en la conferencia de prensa: "Las consecuencias serán tan graves como en caso de incumplimiento de la resolución 1.441. No podemos oponernos a que EE UU lance su ataque por el norte de Irak, pero esperamos que las fuerzas de la coalición se vayan después de hacer su trabajo". El portavoz del PDK intentaba mientras tanto quitar hierro al cierre del sector turco del paso fronterizo de Habur, la principal vía de entrada al Kurdistán iraquí.

Los representantes de la oposición kurda aseguraron que, en cualquier caso, la oposición iraquí unida nombrará un Gabinete provisional "al día siguiente de la caída de Sadam". EE UU ha reconocido ya en palabras de su enviado Jalilzad el éxito de la experiencia de más de una década de Administración autónoma en el Kurdistán iraquí, protegida de las tropas de Bagdad por los cazas norteamericanos y británicos que vigilan la zona de exclusión aérea del norte de Irak. El proyecto de periodo de transición para Irak, el borrador de la previsible declaración final de hoy que circulaba ayer en Erbil, prevé que desde "la caída del régimen" hasta "la celebración de elecciones para sentar las bases de un Estado democrático con una Constitución aprobada por el pueblo" no deben pasar más de dos años de mandato de la "autoridad de la coalición".

El borrador recoge los principios de la democracia plural y asigna al islam el título de "religión del Estado", en un marco de tolerancia religiosa. Se adopta un modelo federal, pero se deja abierta la vía tanto a la república como a la monarquía. Y en un intento de contentar a las minorías se afirma: "Irak tiene dos nacionalidades principales -árabe y kurda- y otras nacionalidades son la turcomana, la asiria y la caldea, entre otras". A todos se les reservan escaños en el Parlamento constituyente y en el Gobierno de transición.

El representante de EE UU ante la oposición iraquí, Zelmay Jalilzad (en primer plano), escucha la intervención de un líder kurdo.
El representante de EE UU ante la oposición iraquí, Zelmay Jalilzad (en primer plano), escucha la intervención de un líder kurdo.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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