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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La manifestación y el metro

Según los responsables de la dirección de Metro, el día 15 se aumentó el número de trenes con relación a un sábado cualquiera, pero se olvidó de lo siguiente:

- En la mayoría de las líneas ese aumento se produjo, en su totalidad, después de las 18.00 (hora del comienzo oficial de la manifestación). Por ejemplo, en la línea 5: en un sábado cualquiera, desde las 7.00 a las 12.00 circulan 18 trenes; el día 15 circularon 6 más, o sea, 24 (un 30% de aumento), pero eso fue a partir de las 18.40. En la línea 3, todos los sábados desde las 17.00 a las 22.00 circulan 10 trenes; el día 15 circularon 7 más, o sea, 17 (un 70% de aumento), pero eso fue a partir de las 18.30. En esta línea sí se igualaron los trenes de horas punta. Por tanto, la frecuencia de trenes aumentó no para acercar a los ciudadanos a la manifestación, sino para su regreso.

- Por supuesto, y dada la política de la dirección de Metro de reducir personal con relación al número de estaciones, no había suficientes conductores para los trenes, por lo que seguramente alguno de ellos tuvo que hacer horas extra y trabajar más de ocho horas.

- Del mismo modo, en las estaciones hubo falta de personal, hasta tal extremo que se tuvieron que dejar puestos de trabajo de jefe de sector sin cubrir para que éstos acudieran a las estaciones céntricas a ayudar. Para ilustrar esto, decir que el día 13 había bastantes jefes de sector de reserva que podrían haber cubierto las necesidades de las estaciones el día 15, pero ¿qué pasó? Pues que el día 14 un buen número de ellos, por orden de la dirección, comenzaron un curso de formación, y así no trabajaron el día 15. ¿Por qué comienza el curso un día antes de la misma? ¿Es lógico empezar un viernes y descansar el sábado? ¿Es casualidad o algo deliberado?

- Con relación a la seguridad, la dirección alega que, si no hubo accidentes de importancia es porque la organización funcionó bien. Hay que decir que el lugar de la estación donde se producen los accidentes más graves es en los andenes, con caídas a las vías, donde se pueden producir muertes. Pues bien, a los que organizaron la entrada de los viajeros se les ocurrió la feliz idea de abrir los portones para que los poseedores de abonos mensuales pasaran sin esperar. ¿Qué produce esto?: despejar el vestíbulo y acumular a las personas en los andenes, con el consiguiente peligro de caídas a las vías. La aglomeración en vestíbulos, acceso y calle es mucho menos peligrosa que en los andenes.

Éste es el talante de la dirección de Metro. Pero podría haber sido peor: si hace dos años los trabajadores de estaciones hubieran aceptado la propuesta de sindicatos y dirección de eliminar todos los puestos de venta de billetes con personal, a cambio de cuatro pesetas, el caos habría sido tremendo.

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