Turquía da por hecho el acuerdo con Estados Unidos y envía tropas a la frontera iraquí
Los kurdos amenazan con una guerra de guerrillas si las tropas de Ankara ocupan su territorio
Carros de combate y camiones cisterna acaparaban ayer la carretera bañada por el río Tigris, en el punto donde tres fronteras -la siria, la turca y la iraquí- bordean la legendaria ruta de la seda. Turquía ha acabado cediendo a las presiones de EE UU, que necesita abrir un frente norte contra Sadam Husein. El Gobierno se reunirá hoy en Ankara para presentar mañana al Parlamento la autorización del despliegue militar norteamericano. Lo dio por hecho el ministro de Exteriores turco, Yasar Kakis, en declaraciones al canal de televisión CNN-Turk.
Camiones de intendencia y ambulancias militares. Remolques gigantes con blindados de transporte de tropas y carros de combate. La caravana del Ejército turco marchaba lentamente al mediodía de ayer por el filo que separa Anatolia de Mesopotamia. Testigos en esta zona del sureste turco han confirmado la concentración de tropas en torno a Cizre, a unos 50 kilómetros al sur del paso fronterizo de Habur.
La magnitud del despliegue militar no pasó inadvertida en los informativos de televisión en Turquía. El canal de noticias NTV hablaba abiertamente de una Operación Irak, mientras los movimientos de los periodistas han quedado restringidos más allá de Silopi, en el arranque de la carretera que lleva a la antigua aduana internacional.
El jefe de la diplomacia turca admitió que la probabilidad de alcanzar un acuerdo con EE UU es ya "muy alta". La disputa entre Ankara y Washington no gira ya en torno a las compensaciones económicas por los perjuicios derivados del conflicto armado, ya que Turquía parece tener garantizados al menos 15.000 millones de dólares en donaciones y créditos desde un primer momento. Al Gobierno de Ankara le preocupa quién controlará los yacimientos del petróleo del norte de Irak. Pero sobre todo intenta impedir que los kurdos iraquíes aprovechen la caída de Sadam para declarar un Estado independiente.
"No debe crearse un Kurdistán en Irak bajo ningún concepto", advirtió ayer el ministro Kakis, tras recordar que el acuerdo para ceder el uso de bases aéreas y puertos turcos para el despliegue de entre 30.000 y 45.000 soldados de EE UU tiene dos condiciones: que el norte de Irak siga bajo control estadounidense junto con el resto del país, en caso de ocupación militar prolongada, y que la actuación de las tropas turcas en la zona no dependa en ningún caso de las órdenes del Pentágono.
Los grupos nacionalistas kurdos que controlan el norte de Irak, el Partido Democrático de Kurdistán (PDK) y la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK), fundamentalmente, han amenazado con desencadenar una guerra de guerrillas si Turquía ocupa ese territorio al tiempo que EE UU lanza su ataque contra Bagdad, según informó un portavoz del Gobierno regional kurdo en Erbil citado por la BBC. "Sería lamentable para la imagen de Estados Unidos, del Reino Unido y de otros países que quieren ayudar a Irak que se viera cómo dos de sus aliados, Turquía y el Kurdistán, se degüellan recíprocamente", aseguró a Reuters el portavoz del PDK, Hoshiyar Zebari. Los grupos kurdos iraníes también han alertado ante los supuestos planes de Turquía de anexionarse parte del norte de Irak y de sus yacimientos de petróleo, al amparo de antiguos tratados y reclamaciones territoriales.
Las amenazas kurdas contra Ankara se producen en vísperas de la primera reunión que la oposición al régimen de Sadam Husein en su conjunto quiere celebrar dentro de su propio país, prevista para esta misma semana en el territorio kurdo iraquí. Una amplia zona del noreste iraquí goza de autonomía de hecho a partir de la guerra del Golfo, gracias a la protección establecida en 1991 por EE UU y el Reino Unido sobre la llamada zona de exclusión aérea.
Una quinta parte de los 67 millones de turcos pertenecen a la comunidad kurda. Hasta la detención de su líder, Abdalá Ocalan, en 1999, la guerrilla independentista se alzó en armas contra el Gobierno de Ankara durante 14 años, con un resultado de más de 30.000 muertos en acciones violentas.
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