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Reportaje:

El devorador de imágenes

Una exposición en Almería muestra la manipulación fotográfica histórica del estalinismo

Ángel S. Harguindey

El que una sola persona dedicara 30 años de su vida a recopilar fotografías del largo periodo estalinista en la desaparecida Unión Soviética parece inconcebible. Lo hizo David King, que reunió entre 1923 y 1953, fecha de la muerte del dictador Stalin, un archivo de más de 250.000 imágenes manipuladas a golpe de aerógrafo por los disciplinados funcionarios del partido comunista en un delirante afán de recrear los hechos históricos para mayor gloria del todopoderoso "padre de la patria". Ahora se exhibe en Almería una cuidada selección de más de 100 fotografías, testimonios de un régimen totalitario que surgió para revolucionar el mundo y acabó como una de las más largas y crueles noches de la humanidad.

"La verdad comenzó a airearse a finales de los años ochenta, en el periodo de Gorbachov"
"Durante el régimen de Stalin, desde 1923 hasta 1953, las fotografías mintieron"

El Centro Andaluz de la Fotografía exhibe hasta el 27 de marzo en su sala de exposiciones de Almería (calle de Pablo Cazard, 1) la muestra Stalinfagia. El devorador de imágenes, una selección de más de 100 fotografías en blanco y negro de la colección de David King, sin duda el mayor archivo mundial de fotografías, pósters y pinturas manipuladas de la era soviética.

El escritor e historiador fotográfico comenzó su colección durante un viaje que realizó a Rusia en 1970. Allí pudo comprobar la pérdida de miles de imágenes de las víctimas del régimen soviético y, con frecuencia, la deliberada manipulación de la memoria gráfica de la historia política y social de la URSS desde el triunfo de la revolución bolchevique en 1917. Durante las tres últimas décadas del pasado siglo XX, David King reunió más de 250.000 fotografías del largo periodo en el que Stalin impuso su dominio y terror absolutos, y de las que ahora se exhiben una rigurosa selección bajo el comisariado de Ernst Volland.

En abril de 1997 escribía Stephen F. Cohen sobre el libro de King en el que se recopilaba una selección de sus archivos: "Durante el régimen de Stalin, que dirigió la Unión Soviética desde 1929 hasta 1953, las fotografías mintieron. En el extraordinario y revelador libro de David King, las mismas fotografías, sus imágenes reales restauradas, dicen muchas verdades".

"La censura estalinista de la fotografía formó parte, claro está, de un propósito oficial mucho más amplio: la falsificación sistemática de la propia historia. Desde mediados de los años treinta no se pudo publicar, exhibir o sacar a la luz apenas nada significativo excepto para glorificar en todos los aspectos el liderazgo de Stalin. Dicho culto abarcó los tres capítulos característicos del estalinismo, cada uno de los cuales provocó la muerte de millones de seres inocentes: la implacable guerra de colectivización contra los campesinos desde 1929 hasta 1933; el terror policial y los asesinatos de funcionarios comunistas y ciudadanos de a pie que tuvieron su auge a finales de los años treinta y que se sucedieron hasta la muerte de Stalin en 1953; y su catastrófica maleficiencia política y militar anterior y posterior a la invasión alemana de 1941".

"Ahí estriba el cálculo de la falsificación: cuantas más desgracias inflingía el estalinismo a la nación, más elogios necesitaba su arquitecto y menos alternativas se admitían. Todo lo que estuviese en contra del culto de Stalin se convertía en delito o se borraba de la historia, en especial todos los comunistas en contra de Stalin o no lo suficientemente estalinistas que previamente habían encabezado el partido revolucionario y el nuevo Estado soviético".

La exposición que ahora se muestra en el Centro Andaluz de la Fotografía reproduce, entre otras muchas obras, una serie de fotografías de un libro de la biblioteca privada de un destacado artista soviético del que se habían eliminado con tinta china los rostros de aquellos sujetos que por su pretendida disidencia habían sido purgados por el todopoderoso Stalin o sus hombres de confianza. Era una consecuencia más de la ley que obligaba a sus propietarios a censurar sus propios libros.

Stalinfagia es, en alguna medida, una nueva visión y versión de la historia de la Unión Soviética, en la que la muestra conjunta de las fotografías reales y las manipuladas por los hábiles técnicos del aerógrafo pueden llegar a provocar cierta comicidad. Una mínima reflexión debería borrar cualquier sonrisa, pues tras ellas se encierran numerosas y terribles historias dramáticas personales, delirios de grandeza y una manifiesta demostración de la ilimitada capacidad de la maldad a la que puede llegar el ser humano cuando se siente en posesión de la verdad absoluta y tiene el suficiente control de los medios que le permiten imponerla a sangre y fuego.

El 5 de marzo de 1953 fallecía en Moscú el dictador. El ya citado Stephen F. Cohen señala parte de su herencia: "Tampoco se acabaron las consecuencias con Stalin. Generaciones de niños soviéticos, hoy adultos rusos, aprendieron su versión de la historia hasta bien entrada la década de los ochenta. Durante los años cincuenta y a principios de los sesenta, Nikita Jruschov, el primer líder posterior a Stalin, reveló parte de la verdad histórica, pero incluso ésta se volvió a falsear en gran parte durante el largo régimen de su sucesor, Leonid Bréznev. La verdad comenzó a airearse a finales de los años ochenta, cuando Mijaíl Gorbachov destapó una oleada de revelaciones históricas en un intento de acabar con el estalinismo del sistema soviético".

La exposición que se muestra en Almería hasta el 27 de marzo contiene una serie de valores dignos de ser destacados y no sólo por su incuestionable significación testimonial. Es, también, el homenaje debido a un historiador como David King y a su extraordinaria labor arqueológica personal, además de la constatación gráfica de los efectos del totalitarismo llevado hasta la manipulación de la historia y la recuperación de la memoria fotográfica de uno de los periodos políticos más siniestros de la humanidad.

Stalin aparece en la primera imagen con un miembro del Ejército a su izquierda. Éste queda <i>eliminado</i> en la siguiente fotografía.
Stalin aparece en la primera imagen con un miembro del Ejército a su izquierda. Éste queda eliminado en la siguiente fotografía.

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