Inglaterra resiste y derriba sobre la bocina a Francia en el Seis Naciones

En pocos lustros Francia ha sido tan superior a Inglaterra como en este. Con todo, pese al 10-53 de hace dos años, una de las mejores selecciones galas de la historia perdió un Seis Naciones en Londres en 2021 y este sábado se ha dejado gran parte de otro. El XV de la Rosa olvidó su mediocre presente y ganó la batalla de camisetas embarradas con el ensayo de un veterano reciclado como Elliot Daly en el último minuto y la patada entre palos de Fin Smith, el 10 debutante que cerró un desenlace histórico (25-26).

La rivalidad empezó en 1906 y Francia llegó a estar 43 años sin ganar en suelo inglés. Así se acuñó el “Sorry, good game” (”lo siento, buen partido” en inglés), un falso consuelo que aún escuece a los franceses, incapaces de canjear su superior talento. Debieron estrenar el marcador con una patada centrada de Ramos, que lo compensaría asistiendo a Dupont, pero el genio, el jugador más desequilibrante del mundo, no pudo embolsar ese oval mojado que valía un ensayo. No tardaría en redimirse, recogiendo un balón suelto para hacer gala de su mayor talento: la improvisación. Vio a las dos alas colocados en el flanco izquierdo y llevó hacia allí la pelota; la asociación entre los compañeros de equipo en Burdeos hizo el resto. Patada al hueco de Penaud para que Bialle-Biarrey la recogiera y posara los primeros puntos. Ahí demostró Inglaterra su resiliencia resolviendo con soltura ante una defensa con fama de granítica, con Ollie Lawrence apartando a Ramos como si fuera un peluche. Empate al descanso (7-7).

Francia recuperó el dominio posicional y se distanció con dos patadas. Pero llegó la primera obra de Fin Smith, el apertura que desplazó a zaguero a Marcus Smith. Encontró las cosquillas con una patada alta que cazó Tommy Freeman entre la timidez de la defensa gala para ensayar. Su homónimo fallaría la conversión y una patada sencilla posterior, por eso fue él quien embocó los puntos de la victoria.

Así resistieron los ingleses mientras Francia añadía dos ensayos de resumen. El primero, de nuevo con los dos alas: esta vez fue Bialle-Biarrey el que asistió a Penaud. Fue este último quien lanzó el segundo con una patada a seguir que se comió Sleightholme y que desembocó en una superioridad total, canjeada de nuevo por Bialle-Biarrey. Debió ser el final, pero Inglaterra se dejó el alma, forzó un golpe de castigo, creó una sólida plataforma con sus delanteros y lanzó a Daly a la gloria.

Italia empuja a Gales hacia otra cuchara de madera

En el otro partido del día, Gales compró todas las papeletas para repetir cuchara de madera —el ‘premio’ por perder todos los partidos— tras caer en Roma con una claridad mayor de la que ilustra el marcador final: 22-15. El duelo marcó la continuidad de ambas selecciones en sus trayectorias contrapuestas. Tras ganar dos partidos en la pasada edición, Italia asumió el rol de favorita, dominó con su delantera, apenas concedió en defensa y abrió brecha antes del descanso con un ensayo de Ange Capuozzo (16-3). Siempre con marcador a favor, aprovechó su dominio territorial para castigar entre palos los reiterados golpes de castigo rivales con el pie de Tommaso Allan y asumir los mínimos riesgos.

Pese a las urgencias, Gales demostró una preocupante inocencia ofensiva, un compendio de imprecisiones en un partido condicionado por una intensa lluvia. Tras caer 43-0 en París, necesitaron 150 minutos de rugby para sumar su primer ensayo en el torneo, el de Aaron Wainwright tras el empuje reiterado de sus delanteros. Italia se complicó la vida en los últimos minutos acumulando faltas y acabó el partido con 13. Se acercó a siete el XV del Dragón tras un ensayo de castigo y tuvo un último ataque para empatar, pero no pasó de su campo. Escocia e Irlanda dirimen este domingo en Edimburgo el liderato del torneo.