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Cataluña registra la mayor natalidad en 20 años gracias a la inmigración

En 2002 nacieron 67.300 niños, la cifra más alta alcanzada desde 1982 El 17,8% de los recién nacidos en Barcelona son hijos de inmigrantes

Miquel Noguer

Tener hijos vuelve a estar en auge. Tras casi un cuarto de siglo de descenso continuado de la natalidad, 2002 confirmó la tendencia de crecimiento iniciada tímidamente en los años anteriores. Y es que el año pasado nacieron en Cataluña 67.300 bebés, la cifra más alta registrada desde 1982, un incremento que los expertos atribuyen básicamente a la llegada de inmigrantes en edad de tener hijos.

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La inmigración como reto

Los datos de natalidad registrados en el año 2002 indican que el número de nacimientos aumentó cerca del 5% con respecto al año anterior. De esta manera se alejan cada vez más aquellos años de mediados de la década de los noventa en que llegaron a registrarse no más de 53.000 nacimientos, una cifra que arrastraba a Cataluña a una inevitable pérdida de población.

El director general de Salud Pública del Gobierno catalán, Lluís Salleras, atribuye el crecimiento a dos factores básicos. La inmigración es el primero. Aunque hay un segundo motivo que tampoco se puede despreciar. Salleras afirma: "La natalidad que veníamos registrando en Cataluña en la década de los ochenta y hasta mediados de los noventa era inusualmente baja y tenía que recuperarse de alguna manera". Y la recuperación ha venido propiciada, básicamente, por el hecho que la generación que hoy está en condiciones de tener hijos es, precisamente, la que nació en los años de la explosión demográfica -el baby boom- de los años sesenta. Al ser ésta una generación muy numerosa, también es normal que de ella nazcan más niños, afirman los expertos.

Por debajo de Europa

La estadística ilustra bien este crecimiento. En 1993 el número de nacimientos en Cataluña por cada 1.000 habitantes no superaba los 8,8, una situación que ha cambiado hasta el punto de que en la actualidad la ratio es de 10,4. Sin embargo, estos datos no tienen nada que ver con los que se registraban en plena euforia demográfica de los años setenta, cuando se produjeron 19,5 nacimientos por cada 1.000 habitantes.

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La directora del Centro de Estudios Demográficos de Cataluña, Anna Cabré, defiende en su reciente estudio Diez años de natalidad en Cataluña que, si bien la inmigración ha tenido un peso importante en la recuperación del número de nacimientos, no se puede dar validez al tópico de que los inmigrantes tienen más hijos que los autóctonos. Actualmente, la natalidad en Cataluña se encuentra ligeramente por encima de la media española, pero todavía por debajo de la europea (10,6)."El aumento del número de nacimientos en familias inmigrantes se debe al propio crecimiento de la población extranjera", asegura Cabré, quien añade que, con la información disponible, "no puede confirmarse ni rechazarse" que los inmigrantes tengan más o menos hijos que los autóctonos.

Los últimos datos de carácter demográfico disponibles indican que en Barcelona el 17,8% de los recién nacidos son hijos de inmigrantes, una cifra que en el resto de Cataluña se situaba en el año 2000 en torno al 11%.

A modo ilustrativo, y según datos del Instituto de Estadística de Cataluña, el nombre Mohamed ocupó en 2001 el número 47 en la lista de nombres más populares entre los varones recién nacidos. En 1997 este nombre ocupaba el número 87 de la misma lista.

Pero la inmigración sí es directamente responsable de que la población catalana esté incrementándose por encima de las previsiones realizadas a mediados de la pasada década. En la actualidad, según datos del Instituto de Estadística de Cataluña, en esta comunidad ya se rozan los 6,5 millones de habitantes, cifra a la que los demógrafos no esperaban que se llegara hasta el año 2030.

Seguirá el incremento

Anna Cabré considera en su estudio que los nacimientos seguirán incrementándose en los próximos años, tanto entre las mujeres autóctonas como entre las inmigrantes. En el caso de las autóctonas, influirá mucho el hecho que las catalanas han retrasado -de promedio- la maternidad hasta los 31 años para lograr cierta estabilidad laboral antes de embarcarse en la tarea de ser madres.

Esta actitud no es exclusiva de Cataluña. En el conjunto de España, las mujeres también están retrasando la edad de la maternidad hasta los 31 años. En Europa esta tendencia se da, pero en menor medida. Los hijos llegan antes de que las mujeres cumplan 27 años. Este dato denota que las mujeres europeas disponen, hablando siempre de promedios, de tres años más a lo largo de su vida para procrear.

Pero, según recuerda Cabré, "pese a los últimos avances científicos, las parejas no pueden postergar indefinidamente la llegada de los hijos". Por esta razón, muchas de estas mujeres que siguen queriendo ser madres lo harán en un breve periodo de tiempo, lo que comportará un nuevo incremento del número de nacimientos.

Volviaendo a la realidad que ilustra las estadísticas, la población catalana está anclada en la cifra de 1,3 hijos por mujer, inferior a la media europea y muy por debajo de la ratio registrada en los países escandinavos, en los cuales cada mujer tiene un promedio de 1,7 hijos. Esto, según los expertos, demuestra que Cataluña sigue inmersa en el ciclo reproductivo típico de los países mediterráneos en los últimos tiempos.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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