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Un estudio concluye que el 93% de las personas afectadas por la anorexia y la bulimia son mujeres

Una de cada tres personas con trastornos alimentarios tiene problemas psiquiátricos

El psiquiatra Ignacio Jáuregui ha concluido, tras cinco años estudiando trastornos de conducta alimentaria, que la anorexia y la bulimia son enfermedades que afectan mayoritariamente a mujeres. El 93% de las personas que las padecen lo son. Jáuregui ha constatado también que una de cada tres afectadas sufre episodios de corte psiquiátrico, como ansiedad o depresión. De las 536 personas que han acudido a su consulta, 451 eran andaluzas y de éstas, el 71% sevillanas. La edad media de estos enfermos la sitúa el psiquiatra entre los 10 y 27 años; un 81% del total.

En el estudio promovido por Jáuregui en la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del hospital Infanta Luisa de Sevilla abundan los datos, algunos de ellos sorprendentes. El psiquiatra sevillano desmonta, por ejemplo, la idea de que la anorexia es casi una epidemia, progresivamente en aumento. "Hay demasiada ignorancia al respecto, la opinión pública tiende a exagerar cuando habla de estos temas", dice. Lo cierto es que en los tres últimos años, después de que Jáuregui iniciara este estudio en 1977, las consultas a la Unidad que dirige se han estabilizado: 103 en 2000, 101 en 2001 y 83 en los 10 primeros meses de 2003. "Segun estos datos", reflexiona, "estamos, probablemente, ante una enfermedad que tiene un componente genético importante; una enfermedad que ha existido siempre, pero que ahora, debido a nuevos hábitos sociales, aflora en toda su magnitud. Pero, insisto, esto no significa que la anorexia y la bulimia vayan en aumento".

Jáuregui constata asimismo que un 30% al menos de las personas afectadas por trastornos alimentarios lleva asociada a su enfermedad otras patologías de corte psiquiátrico. Entre las más comunes están la conducta obsesiva y las dependencias. También suelen ser personas muy impulsivas y emocionalmente inestables. Esto explica, quizá, reflexiona el psiquiatra, por qué entre septiembre y enero se producen el 60% de las consultas al médico en este tema. O por qué en abril -"con la llegada de la primavera", precisa-, vuelve a dispararse la demanda de ayuda en relación a estos temas.

Un 25% de las personas a las que se le diagnostica anorexia o bulimia se niega al tratamiento. Las familias, según Jáuregui, no están todavía mentalizadas ni convencidas de los peligros que corren quienes padecen este tipo de enfermedad. Y eso que el entorno familiar, junto con la ayuda de médicos especialistas y fármacos, constituyen los tres pilares sobre los que se apoya la terapia.

Tratamiento ambulatorio

Tratar la anorexia o bulimia puede durar hasta 4 años; aunque la media, según el estudio de Jáuregui, sea de 22 meses. La mayoría de los enfermos, sobre el 57%, recibe tratamiento ambulatorio. "Es muy importante para ellos poder hacer vida normal. Intentamos que no pierdan el contacto con la calle ni con sus amigos", comenta el psiquiatra".

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Un 12% de pacientes ingresa en el hospital; la media de permanencia es de 12 días. Al 31% restante se le trataba en régimen de "ingreso domiciliario", que es una forma de evitarles el desarraigo familiar y mantener las pautas terapéuticas.

A este experto en trastornos de conducta alimentaria le ha sorprendido también el alto porcentaje de enfermas de anorexia y bulimia nerviosa que se autolesionan (un 15%) o se provocan otro tipo de agresiones como las purgas con vómitos, que, "curiosamente", apunta el psiquiatra, "en este grupo, un 30% manifiesta, además, trastornos de personalidad".

Entre los 536 casos tratados y analizados por el equipo de Jáuregui aparecen 5 menores de 10 años; el enfermo más joven tenía 6 años; el mayor, más 40. Precisamente, a esta edad las mujeres que sufren estas enfermedades las asocian con otras complicaciones como los trastornos en la regla y la osteoporosis.

Las complicaciones sociales que acarrean estas enfermedades, avisa el experto, no suelen tenerse muy en cuanta todavía, y, sin embargo, son importantes. No sólo la familia se ve afectada. Ellos mismos sufrirán del progresivo aislamiento y, si la enfermedad se hace crónica, de la marginalidad.

Por eso el médico sevillano recuerda que un 35% de las personas se cura totalmente con un tratamiento adecuado; un 30% más mejora notablemente y el 35% restante hace de su enfermedad un episodio crónico. Es en este grupo de pacientes donde se detecta ese 5% de fallecimientos que según la bibliografía al respecto se piensa que existe. Jáuregui por su parte apunta que su equipo al menos no contabilizado ningún fallecimiento entre los 536 pacientes tratados.

No variarán mucho las terapias en los próximos años para abordar los trastornos de conducta alimentaria. Quizá, señala este médico, las investigaciones genéticas puedan aportar algún dato para que hagamos prevención. "En todo caso, quizá lo único que consigamos es estar avisados para, a su vez, prevenir a la familia", precisa.

Plan de vida

El baño de la habitación de estos enfermos debe estar cerrado con llave. Es muy importante vigilar su régimen de comidas y evitar que no se provoquen vómitos. En cierto modo hay que enseñarle de nuevo las pautas de convivencia: a comer, a comprar o a relacionarse con los demás. Las terapias individuales y de grupo son muy eficaces. "Como la comprensión y ayuda familiar", añade Jáuregui. También el uso de fármacos es necesario, sobre todo en aquellos enfermos presentan episodios psicóticos asociados.

El equipo que se ocupa de este tipo de pacientes es multidisciplinar. Además de los psiquiatras y psicólogos están los internistas y ginecólogos. Las camas para una imprevista hospitalización también son necesarias así como la UCI. "Esta unidad no solemos necesitarla pero a veces no hay más remedio que usarla", concluye el psiquiatra.

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