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Entrevista:ELIAS ADAM ZERHOUNI | Director de los Institutos Nacionales de Salud de EE UU

"La biología es más compleja que el universo"

Zerhouni, de 51 años, científico y médico (radiólogo), llegó a Estados Unidos con 24 años desde su Argelia natal y se ha labrado un impresionante historial de investigación, de honores académicos, de altos cargos desempeñados a lo largo de su carrera y de experiencia de gestión. En mayo de 2002 saltó de la prestigiosa Facultad de Medicina de la Universidad John Hopkins a la dirección de los NIH. Nacionalizado estadounidense y orgulloso del empuje de su país de adopción, se siente aún "vecino mediterráneo" y alardea de conocimientos futbolísticos con citas al Real Madrid, a Raúl y a Zidane. En la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, que se clausuró ayer en Denver, Zerhouni ha impartido una de las conferencias magistrales.

"Estamos poniendo los cimientos de una buena investigación en células madre"
"Sé que cuando se realiza un descubrimiento se hacen muchas promesas"

Pregunta. ¿Cuáles son los grandes retos de los NIH en el siglo XXI?

Respuesta. Estamos presenciando una revolución en las ciencias biomédicas, un enorme progreso en la comprensión del ADN, del genoma, de las proteínas... Hemos descodificado el genoma humano y el gran reto es que a partir de ese diccionario de la vida necesitamos entender cómo es la lengua de la vida, es decir, entender la complejidad de los sistemas biológicos, de los organismos, de manera que podamos aplicarlo para nuevos tratamientos.

P. Los NIH tienen un enorme presupuesto que además crece. ¿Es sólo para investigación?

R. El presupuesto ha aumentado este año hasta 27.200 millones de dólares. . La misión de los NIH es avanzar en el conocimiento científico para mejorar la salud. La razón por la que el presupuesto es tan grande es que cubrimos el espectro completo de la investigación: desde la ciencia básica hasta la transferencia de los descubrimientos de los laboratorios a los ensayos para convertirlos en tratamientos reales. Hacemos enormes inversiones por ejemplo en sida, en tuberculosis, en enfermedades inmunológicas, en cáncer... Tenemos 27 institutos, cada uno enfocado en un área concreta de ciencia y de salud.

P. ¿Cuánta gente trabaja en los NIH?

R. Aproximadamente el 83% del presupuesto de los NIH va a financiar investigación en las universidades. El resto se invierte en los mismos NIH, donde trabajan unas 27.000 personas. En Estados Unidos, la mitad del presupuesto para investigación civil va a los NIH. Otras ciencias se gestionan a través de otras agencias.

P. ¿Cuáles son las prioridades de investigación?

R. Entre nuestras prioridades obviamente están las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades infecciosas y el sida. También tenemos que tener en cuenta que en EE UU están aumentando las enfermedades crónicas.

P. ¿Por qué?

R. Porque sabemos tratar muy bien las enfermedades agudas. Hace 40 años la mayoría de las personas que sufrían un ataque de corazón moría, ahora tienen muchas más probabilidades de sobrevivir, pero tienen que continuar en tratamiento y pueden desarrollar otras dolencias. La tasa de supervivencia del cáncer ahora es del 62% a cinco años, así que tenemos nueve millones de personas en el país que han sobrevivido a esta enfermedad y que siguen siendo tratadas. También en el caso del sida, los pacientes presentan nuevas enfermedades. También se han convertido en prioritarias las enfermedades crónicas, las degenerativas, como el Alzheimer, la degeneración de la mácula, la artritis, y nuevas patologías. Un problema que tenemos en EE UU es la obesidad y esto produce más diabetes. Así que un objetivo importante es cómo prevenir la obesidad y cómo tratar la diabetes.

P. ¿Considera, como muchos científicos, que una de las líneas de investigación más prometedoras es la de células madre?

R. La investigación en células madre está en los primeros estadios, estamos muy metidos aún en la ciencia básica, en montar los laboratorios de investigación fundamental y en entrenar a los científicos. Todavía no entendemos muy bien como se reprograma el ADN o como una célula se convierte en otra, incluso no sabemos si estas células multiplicadas pueden convertirse en cánceres en el organismo. No tendremos mañana mismo estos tratamientos basados en células madre, sino que harán falta varios años de buena investigación para lograrlo. Lo que estamos haciendo en los NIH es poner los cimientos de una buena investigación en células madre.

P. Otro tema candente es la clonación terapéutica.

R. En EE UU, el Congreso y el Senado debaten esta cuestión, la gente esta muy dividida y se discute mucho porque no es sólo una cuestión científica. Los NIH son una agencia federal financiada por el Gobierno y el Congreso y sólo se financia con fondos federales lo que el Congreso permite. Este debate debe resolverse a ese nivel, pero la Administración de Bush se opone a la clonación terapéutica y mucho más obviamente a la clonación reproductiva.

P. Las nuevas terapias basadas en la genética han levantado grandes esperanzas, pero parece que no están a la vuelta de la esquina.

R. Como científico y como médico sé que cuando se hace un descubrimiento se hacen muchas promesas, pero cuando te pones a trabajar en los detalles, surgen las dificultades. Permítame que ponga un ejemplo: en los años setenta, se descubrieron los anticuerpos monoclonales y los artículos de la época los presentaban como maravillosos proyectiles mágicos que iban a curar el cáncer y todo. Pero cuando se empezaron a hacer más experimentos se vio que las cosas no funcionaban tan sencillamente y hubo que intentar comprender por qué. La biología es muy complicada: en una célula del cuerpo humano hay mil millones de moléculas, esto es más complejo que el universo. Se subestimaron las dificultades, pero tras 20 años de investigación se empezaron a comprender muy bien los anticuerpos monoclonales y ahora tenemos nuevos medicamentos maravillosos basados en ellos, por ejemplo para tratar la esclerosis múltiple o la artritis reumatoide. Lo mismo sucederá con los tratamientos basados en la genética. Toda nueva terapia revolucionaria siempre necesita 15 o 20 años para ser una realidad. Tengo muchas esperanzas en las terapias génicas a largo plazo, pero hay que entender cómo se hace la ciencia.Por eso cuando se habla de las células madre como un tratamiento para mañana, no lo creo. Tenemos que hacer el trabajo de investigación con calma.

P. Muchos expertos están advirtiendo de que esta revolución genética en la medicina va a ser muy cara.

R. La única esperanza que tenemos de controlar la enfermedad y mejorar la salud es mediante la ciencia. La gente teme que sea muy costoso. No necesariamente. Todo esto es caro hoy porque somos ignorantes de muchos detalles moleculares, pero cuando se comprenda, por ejemplo, qué es lo que dispara el primer acontecimiento de la secuencia que crea el cáncer, y podamos prevenirlo, a la larga será barato tratarlo. Cuando los primeros automóviles salieron, eran para los ricos y los pobres no podían permitírselo, pero al final acceden todos. Hay que invertir en ciencia y en tratamientos muy efectivos que al principio son caros, pero luego son medicina para todos.

P. Otra de las grandes cuestiones encomendadas a los NIH es el bioterrorismo. ¿Es una amenaza real?

R. Este año dedicamos a este problema 1.600 millones de dólares. Sí que es una amenaza real: se pueden hacer armas biológicas y debemos estar preparados. Recuerde el ataque con carbunco [ántrax] enviado a la gente por correo. Pero estoy sorprendido del progreso que hemos hecho en un año. Podemos mejorar los métodos de detección y de tratamientos frente a un ataque biológico. Hay que tener en cuenta que si desarrollas medios efectivos para neutralizar el bioterrorismo eliminas el riesgo, porque nadie atacará con algo que no va a tener efecto. Por esto, el primer paso es estar preparados y proteger a la población, por ejemplo, frente a la viruela, a una enfermedad que sabemos que es muy infecciosa. Ahora estamos dedicando mucho dinero a la reestructuración del sistema de salud ante este problema, a la detección y la prevención.

P. Muchos virólogos han advertido, con preocupación, que la vacunación contra la viruela tiene un riesgo.

R. Está claro que hay un riesgo, un muerto por millón de personas vacunadas, pero hay que sopesar riesgo y beneficio. No se trata de vacunar a todo el mundo, pero aunque el riesgo sea muy pequeño, si sucede, necesitamos tener personas preparadas para hacerle frente, es lo que llamamos personal de primera respuesta, como médicos, enfermeras, bomberos, policías... los soldados han sido ya vacunados.

P. El hecho de que usted haya nacido en otro país, ¿significa que tiene una perspectiva más amplia, más rica de los problemas?

R. Creo que sí. Cuando el presidente me pidió que me hiciera cargo de los NIH quería alguien que tuviera una comprensión global de los problemas. En el entorno científico entendemos que el mundo está interconectado, que lo que suceda aquí afecta a otros y lo que suceda a otros nos afecta a nosotros. En un sentido es cierto que aporto esa perspectiva más global, pero también he evolucionado en este sistema que es muy competitivo, que exige muchísimo esfuerzo, y ésta es la grandeza de América: no hay muchos países donde uno puede llegar como emigrante a los 24 años y acabar siendo el director de los NIH.

Elias Adam Zerhouni, en una fotografía oficial.
Elias Adam Zerhouni, en una fotografía oficial.NIH

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