Montoro asegura que los gastos del 'Prestige' no cuentan en el déficit público

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aseguró ayer que los gastos derivados de la catástrofe ecológica provocada por el petrolero Prestige no afectarán al déficit público fijado en el Pacto de Estabilidad, que limita al 3% del producto interior bruto (PIB) la diferencia entre ingresos y gastos de los países de la Unión Europea. "Lo que hemos solicitado, y de hecho está aceptado ya, es que el gasto derivado de la catástrofe no compute como tal en el procedimiento de déficit excesivo de la UE y, por tanto, no perjudicaría en su déficit público, es decir, no prevemos que eso nos lleve a una situación de desequilibrio formalmente presentado para 2003", explicó.

El ministro señaló que aún no se puede ofrecer un resultado definitivo de los gastos, ya que continúan las operaciones de limpieza, de las recuperaciones del litoral y de las ayudas a los afectados hasta la solución definitiva del problema. "Todo esto tiene que tener su evaluación presupuestaria y tendremos que identificar su capacidad de financiación, también a través de los fondos europeos".

Asimismo dijo que su ministerio está a la espera de recibir la información completa de las comunidades autónomas y corporaciones locales, aunque la previsión es que tengan un déficit global del 0,4% del PIB, "de manera que el superávit de la Administración Central del Estado se convertiría en un déficit total del 0,2% del PIB", concluyó.

El precedente alemán

Bruselas deja claro que ningún país puede excluir del cálculo del déficit público el gasto destinado a paliar el impacto en el medioambiente o en la economía de una catástrofe como la del Prestige. "Todo se tiene que tener en cuenta". En el caso de las inundaciones del pasado verano en Alemania, se siguió el mismo principio. El Gobierno alemán tuvo que computar los fondos destinados a combatir los efectos de las riadas en el cálculo de su déficit. Después, lo que hace la Comisión Europea es analizar los datos que le entregue el país en cuestión para conocer exactamente el impacto de la catástrofe en su déficit, antes de que se decida activar los procedimientos de alerta temprana -porque se acerque peligrosamente al límite del 3%- o por déficit excesivo -rebasamiento de ese límite establecido en el Pacto de Estabilidad.

Volviendo al caso alemán, lo que se constató es que el impacto fue de entre una y dos décimas, con lo que su situación de déficit excesivo (3,7%) no cambiaba mucho. Además, no es lo mismo el impacto fiscal que el económico, que suele ser mucho mayor y ahí es donde reside la gran dificultad. Las ayudas deben irse computando cada año, es decir, que el dinero que se inyecte en 2002 se utilizará para el cálculo del déficit en 2002. El programa de estabilidad que España remitió a Bruselas en diciembre, que será aprobado hoy por el Ecofin, no refleja ninguna partida presupuestaria para el Prestige. Pero eso no impide que tarde o temprano España lo tenga que computar.