"Negociamos alianzas para cambiar la PAC"

Isabel García Tejerina, 34 años, ingeniero agrónomo, es la primera mujer que ocupa el puesto de secretaria general de Agricultura en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Persona de confianza del ministro Miguel Arias Cañete, tras el cese del subsecretario Manuel Lamela, se ha convertido en el segundo peso fuerte del ministerio. Al margen de la política nacional, la estrategia de España ante la propuesta comunitaria de reforma de la Política Agrícola Común (PAC), la ampliación de la Unión Europea y las negociaciones en el seno de la Organización Mundial de Comercio constituyen los ejes de su actividad. Sobre la mesa, el debate sobre el recorte de unas ayudas directas de más de 4.500 millones de euros.

"La propuesta comunitaria sobre desarme de ayudas agrarias ante la OMC debería haber sido una oferta de llegada y no de partida"

Pregunta. ¿Qué supondría para España la actual propuesta para reformar la PAC?

Respuesta. Se trata de una propuesta que hay que verla en su conjunto. La Administración está analizando nuevamente su posible impacto. A la vista de los procesos de globalización de la economía, era necesario un cambio en la PAC y, de hecho, en la Agenda 2000, en 1999, ya se planteaba para este año una reforma intermedia. La propuesta actual ha ido más lejos de lo esperado. Es probable que, invididualmente, haya agricultores beneficiados, pero, en su conjunto, la propuesta es negativa para el sector.

P. ¿Cuál sería el impacto negativo para el campo respecto a la situacion actual? El sector cifra el recorte de ingresos entre 600 y 800 millones de euros anuales.

R. Es imposible evaluar su impacto en términos monetarios y podría suceder que, por los flujos por desarrollo rural, a medio plazo el importe de los recursos pudiera ser incluso superior al actual. De lo que no hay duda es que el total desacoplamiento de las ayudas tendrá un impacto negativo en determinadas zonas menos productivas.

P. ¿Qué se debería cambiar de esta propuesta?

R. España defiende sólo un desacoplamiento parcial de las ayudas y no en su totalidad. Queremos una modulación más dinámica y más fondos para desarrollo rural.

P. ¿Qué hace España para lograr esos objetivos?

R. Estamos tratando de lograr un compromiso no sólo con otros países mediterráneos para lograr una minoría de bloqueo, sino con otros Estados, como Irlanda. Es preciso contar con 26 votos y estamos trabajando en esa dirección. España tiene sólo ocho votos. Por otra parte, también se han mantenido conversaciones con los europarlamentarios para apoyar todas sus iniciativas en defensa nuestras propuestas.

P. ¿Qué fiabilidad tiene Francia como socio en esta estrategia, cuando hace unos meses pactó por libre con Alemania?

R. Con Francia es más lo que nos une que lo que nos separa y puede ser un excelente socio para defender una alternativa a la propuesta comunitaria de reforma. Los franceses se oponen, por ejemplo, al total desacoplamiento de las ayudas, donde coinciden plenamente con nosotros.

P. ¿No se debería haber planteado antes esa estrategia negociadora?

R. La estrategia se ha iniciado justo cuando se ha conocido el documento de reforma. España no ha llegado tarde, sino a la vez que el resto de los países miembros. A diferencia de otras propuestas de reforma, en este caso Bruselas ha actuado con total opacidad sin ninguna filtración sobre sus intenciones.

P. Bruselas ha propuesto a la Organización Mundial de Comercio (OMC) rebajar ayudas, apoyos para exportar y abrir las fronteras, ¿no supone ello desarmar al sector antes de tiempo?

R. Consideramos que la Comisión de la Unión Europea se ha excedido en sus propuestas de desarme en materia de ayudas agrarias frente a lo que han propuesto otros bloques.

P. ¿Qué estrategia defendía España?

R. Para nosotros, lo más lógico era haber presentado un documento con propuestas de recortes de ayudas como punto de partida para una negociación. Lo que no se puede es ofrecer de entrada lo que debería haber sido el punto de llegada.