El Vaticano y Hitler
La Santa Sede abre hoy parte de sus archivos sobre las relaciones con la Alemania nazi
Los historiadores y estudiosos del Holocausto han esperado largamente este momento. A partir de hoy, los fondos referidos a las relaciones entre la Santa Sede y Alemania, entre 1922 y 1939, es decir, los años de la ascensión del nazismo, que coinciden con el papado de Pío XI, serán accesibles a la consulta de los especialistas. Fue Juan Pablo II el que decidió hace un año adelantar la fecha de apertura de esta ingente documentación en un intento de sofocar la polémica sobre el silencio de Eugenio Pacelli -el futuro Pío XII- durante su etapa de nuncio del Vaticano en Alemania ante la matanza de judíos. Pero, a juzgar por las declaraciones del responsable del archivo secreto del Vaticano, padre Sergio Pagano, los estudiosos lo bastante audaces como para meter mano a este material, guardado en casi cuatro centenares de sobres sin demasiadas pistas externas sobre su contenido, "no encontrarán novedades extraordinarias". Y eso por una buena razón. La mayor parte de los documentos consultables se encuentran repetidos "en otros archivos ya abiertos", dice Pagano, y más completos que el de la Santa Sede.
Los archivos del Vaticano comprenden una documentación tan abundante que se guardan en una interminable fila de estanterías, que ocuparían 85 kilómetros si se extendieran fuera de estas salas decoradas con frescos espléndidos. A medida que el Vaticano lo desclasifica, este material puede ser consultado libremente. El pontificado de Pío XI incluye material único como el que reconstruye los avatares durante la gestación de la famosa encíclica Mit Brennender Sorge, muy crítica con el nacional-socialismo, y sobre la encíclica de denuncia de la persecución de los judíos que nunca llegó a ver la luz. Pero estos documentos siguen siendo secretos, igual que los relativos al pontificado de Pío XII (1939-1958).
Son muy pocos los estudiosos que han tenido acceso a estos fondos comprometidos de la historia reciente de la Santa Sede. En 1965, un reducido grupo de historiadores jesuitas recibió el encargo de reconstruir los años de la II Guerra Mundial a través de los archivos vaticanos. El resultado fueron 12 volúmenes de historia oficial. Más tarde, uno de estos autores, el jesuita francés Pierre Blet, concentró en un libro la historia de Pío XII y la Segunda Guerra Mundial. Sólo que el Vaticano espero demasiado a difundirlo. Para cuando el padre Blet presentó su libro en italiano ya había estallado el escándalo de El Papa de Hitler, un tremendo alegato contra Pío XII, escrito por el británico John Cornwell, que acusaba al Pontífice de haber callado frente a la matanza de judíos por puro espíritu germanófilo.
De poco sirvió el libro de Blet para contrastar tan devastadora impresión pese a que el jesuita francés aseguró que Cornwell había incluido sólo un documento inédito en su libro. Una carta de 1919, en la que, a propósito de la breve experiencia comunista en Alemania, se describe a los judíos con tonos poco amistosos. Blet aseguró que la carta no fue escrita por Pacelli, sino por un colaborador de la nunciatura, aunque el futuro Pío XII la firmó. Lamentablemente, los historiadores tendrán que esperar a 2009 para ver estos documentos con sus propios ojos.
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