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La policía investiga a miles de médicos italianos por aceptar regalos de Glaxo

El laboratorio incentivaba la prescripción de sus fármacos con regalos a los facultativos

La afición de algunos médicos italianos a recetar medicamentos del coloso farmacéutico GlaxoSmithKline no siempre era inocente. Una investigación de la policía tributaria italiana acaba de revelar que centenares de especialistas de hospitales y ambulatorios de la seguridad social nacional (que pueden alcanzar la cifra de 3.000) recibían valiosos regalos a cambio de recetar fármacos de Glaxo. Los visitadores médicos de la farmacéutica británica archivaban los detalles de estas ventas promocionales en un programa informático bautizado con el nombre de Jehová. Un título acorde con las dimensiones de los obsequios, que iban desde ordenadores a viajes exóticos.

La Operación Jehová, puesta en marcha por el fiscal jefe de Verona, Guido Papalia, con ayuda de la policía tributaria del Véneto, ha permitido destapar un escándalo cuyas proporciones aún no se conocen. En estos momentos se investiga la responsabilidad de 70 médicos, farmacéuticos y visitadores médicos de la Glaxo en un caso de corrupción que se ha extendido por toda Italia, aunque tiene sus raíces en Verona y en Parma, donde está el cuartel general italiano de Glaxo. Aun así, las sospechas de conducta irregular se extienden a unos 3.000 profesionales médicos y visitadores de los poderosos laboratorios. El doble delito que se les imputa es de corrupción -en el caso de los empleados de Glaxo-, y de colusión, en el de los beneficiarios de los regalos. La policía ha registrado centenares de consultas médicas, clínicas y oficinas, requisando material informático y miles de documentos comprometedores en todo el país.

Aumento de recetas

Según el comandante de la policía tributaria del Véneto, coronel Giovanni Mainolfi, gracias al sistema Jehová de la Glaxo, se ha podido comprobar que cada médico italiano de base, tras recibir los regalos de los laboratorios, aumentaba las recetas de fármacos de la Glaxo en un 1% (entre los años 1999 y 2001). El porcentaje puede parecer pequeño, pero no lo es porque cada médico dispone de un "presupuesto" en recetas de unos 18.000 euros anuales.

El material secuestrado será cotejado ahora con la documentación de las unidades de la sanidad pública italiana. Además de la investigación judicial, se ha abierto otra de carácter administrativo para determinar si, en su afán de complacer a la Glaxo, los médicos de la seguridad social han defraudado a la Hacienda pública al recetar fármacos más caros de lo necesario.

La documentación recogida por la policía incluye viajes a lugares exóticos del Caribe, catalogados como "congresos científicos", o semanas en localidades de esquí presentadas como "cursos de formación profesional". Por no hablar de libros caros, vinos de lujo, equipos de música u ordenadores de 5.000 euros.

Los dirigentes de Glaxo-Italia se declararon ayer "sorprendidos" por la magnitud del escándalo. "Somos una empresa líder a nivel mundial", dijo el portavoz de la empresa, Giuseppe Recchia, "no necesitamos promocionar nuestros productos más allá de lo legal; informamos a los médicos según el código ético-profesional y las normas nacionales".

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