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Expertos en matemáticas resaltan los problemas de dividir esta asignatura

Escepticismo entre los pedagogos ante el desarrollo de la Ley de Calidad

La elección de un itinerario u otro en 3º de la ESO (a los 15 años) estará condicionada por el grupo, presumiblemente relacionado con su rendimiento, de Matemáticas (A o B) al que vaya el alumno. Esta medida aparece en los primeros desarrollos normativos de la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE), presentados la semana pasada. En el grupo A, las matemáticas serán más operativas y prácticas, es decir, más fáciles, y para los que vayan a estudiar FP. En el grupo B serán más conceptuales y científicas y, por tanto, más difíciles. Esta división por grupos ha despertado el debate entre los expertos en didáctica de esta materia. Algunos consideran que impartir un tipo de matemáticas según el rendimientos es "segregador y selectivo". Otros, en cambio, señalan que elegir entre un tipo de matemática más práctica y otro más conceptual a los 15 años tiene algunos aspectos favorables.

"Que las matemáticas vuelvan a ser consideradas como un elemento selectivo causará presión y temor hacia esta materia, más aún mayor del que ya hay, lo que repercutirá en el rendimiento de los alumnos", señala el miembro de la Sociedad Española de Investigación en Educación Matemática Lorenzo Blanco. Este experto critica que chicos de 15 años aprendan contenidos distintos de matemáticas, "pues todos los alumnos que terminan ESO deberían saber una serie de conocimientos matemáticos similares, independientemente de lo que vayan a estudiar".

Por su parte, el catedrático de Análisis Matemático y experto en didáctica Miguel de Guzmán explica que, "dado el escaso grado de familiarización con la matemática que los estudiantes alcanzan a esa edad", parece "muy difícil" que un alumno de 15 años pueda decidir qué tipo de matemáticas le van a venir bien. "Si esta decisión tuviera un carácter irrevocable podría implicar consecuencias indeseables en el futuro. Pero si la educación secundaria se concibiera con una finalidad de formación integral y no con un carácter netamente profesionalizante, entonces el que se tomara una elección de este tipo podría hacerse fácilmente reversible". Blanco, en cambio, piensa que la posibilidad de cambiar de itinerario al curso siguiente es más que complicado: "Cuando uno aprende actitudes, procedimientos y conceptos erróneos es muy difícil hacerlos desaparecer".

Otra medida es que el título de graduado de la ESO se podrá obtener con dos materias suspensas, si así lo decide el centro, siempre que no sean Matemáticas y Lengua. El experto en Lengua Lontxo Oyarzábal señala que "todo es muy confuso" y que no comprende por qué se separan en dos grupos las Matemáticas y no la Lengua, por ejemplo. "No entiendo nada, pero me temo que nos lleven por la línea del estudio de los contenidos lingüísticos, gramaticales, morfológicos. No digo que no hagan falta cambios, pero el fracaso escolar no se resuelve así, no hay que aumentar los contenidos, sino adaptarlos para entender el mundo". Oyarzábal, que además es presidente del Consejo Escolar del País Vasco, cree que hace falta entre el profesorado una mejor formación didáctico-pedagógica de la Lengua. La ministra de Educación, Pilar del Castillo, no ha avanzado nada sobre formación del profesorado en el calendario para la implantación de la nueva ley.

La vuelta de las repeticiones, con más de dos asignaturas en la ESO, y de los exámenes de recuperación tampoco convence a los pedagogos. El experto en Pedagogía Mario Martín Bris explica: "La repetición no es una medida pedagógica en sí misma y parece pensada para satisfacer a los profesores, porque a todos nos gusta tener grupos homogéneos, pero la estadística demuestra que los repetidores vuelven a repetir, porque no se cambia el procedimiento. Y así sólo trasladaremos las dificultades a otros colegas". "Con el argumento de la calidad se genera competitividad, y eso crea perdedores y ganadores", dice.

Un polémico calendario

El calendario de implantación de la Ley de Calidad, presentado por la ministra de Educación, Pilar del Castillo, ha suscitado algunas críticas en las comunidades autónomas. A la consejera de Educación de Andalucía, Cándida Martínez, le sorprende "que quieran introducir cambios importantes para el curso que viene cuando hay que modificar todo el sistema". "Hay que desarrollar el currículo de primaria, el de secundaria. Ellos [el ministerio] elaboran las enseñanzas comunes, pero nosotros tenemos que desarrollarlas". Martínez dice que "será difícil ejecutar esos cambios para el curso próximo a no ser que pretendan imponerlos sin diálogo". Recuerda que "el ministerio es quien hace la ley y quien tiene que financiarla".

Desde el País Vasco, la consejera de Educación, Anjeles Iztueta, asegura que seguirán con su línea de trabajo, "con independencia de lo que quiera imponer Madrid, una línea que está dando resultados". "Nuestro esfuerzo es por la calidad y la equidad y a ello destinamos nuestro presupuesto", explica. "Esta ley es un paso más en la uniformización de los sistemas educativos sin tener en cuenta las experiencias ni la realidad de las comunidades".

El consejero de Educación canario, José Miguel Ruano, lamentó que la ministra Pilar del Castillo "ni siquiera haya tenido en cuenta a las comunidades que apoyan al Gobierno desde el punto de vista político" para consultar el calendario anunciado. Opina que la ministra "conculca el derecho de las comunidades a regular la optatividad de las materias en secundaria y bachillerato". En Cataluña están a la espera de los informes que les aconsejen o no recurrir la ley ante el Constitucional, informa Mar Padilla.

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