Joan Gaspart se rinde
El presidente del Barça cita a los socios el 1 de marzo para dejar su cargo de forma irrevocable y convocar elecciones
Derrengado, Joan Gaspart anunció ayer su rendición como presidente del Barcelona con la condición de elegir las condiciones y, sobre todo el escenario, para que su salida no parezca una claudicación sino una retirada frente a los mismos socios que le eligieron en julio de 2000. Gaspart, cuyo mandato expiraba en 2005, continuará ejerciendo de presidente hasta el próximo sábado 1 de marzo, día en que propondrá a la asamblea de socios compromisarios la convocatoria de elecciones para julio o septiembre. Por la renuncia de Sixte Cambra y Francesc Closa -primo carnal del presidente- Gaspart ha nombrado a Enric Reyna vicepresidente primero para que dirija a la entidad hasta la celebración de los comicios.
"Hay momentos en que uno debe pensar más en el club que en sí mismo", argumentó Gaspart en un discurso largo, sereno y en el que dilató el anuncio de su renuncia -procuró evitar la palabra dimisión-hasta el final. "Dada la situación, el presidente debe plantearse sus errores y tomar la mejor decisión para la entidad". Y remachó: "En cualquier caso, soy un personaje irrepetible".
Ante la ingobernabilidad del club, el presidente ya venía manejando desde hace unos días la posibilidad de renunciar al cargo el próximo 1 de abril, fecha para la que estaba anunciada inicialmente la asamblea, el órgano al que Gaspart se ha remitido siempre como único válido para disponer de su cargo. Pero los acontecimientos se han precipitado durante esta semana al punto que la asamblea se ha adelantado justamente un mes.
La petición por parte del ex directivo azulgrana Ramon Fusté de tramitar una moción de censura, la segunda en el plazo de un mes, trastocó los planes de Gaspart, que de ninguna manera aceptaba salir del club de manera forzosa. La directiva rechazó cursar la moción, valiéndose de un informe de un bufete de abogados, decisión que provocó una gran controversia por las diferentes interpretaciones que suscitó. La junta, sin embargo, recibió ayer con alivio la decisión de la Comisión Estatutaria del club, que le dio la razón a la directiva por seis votos a cinco.
Liberado de la amenaza de la moción de censura, y sabiendo que el dictamen jurídico de la Generalitat de Cataluña al respecto se aplazaba al lunes próximo, Gaspart reemprendió las conversaciones con sus directivos y familiares para preparar el escenario de su salida de la presidencia, la única solución que parecía imponerse para combatir la crisis, sobre todo desde la dimisión el pasado martes del sexto vicepresidente, Salvador Alemany, consejero delegado de Acesa y que por su ascendente sobre la sociedad civil blindaba de alguna manera al presidente azulgrana.
Personas de su confianza, aconsejaron a Gaspart que dimitiera ayer mismo, para aliviar la tensión con vistas al partido de mañana, contra el Athletic, en el Camp Nou, declarado de alto riesgo por la Delegación del Gobierno, ante las diferentes iniciativas anunciadas para desgastar aún más al presidente. Gaspart rechazó la propuesta al tiempo que insistía en su derecho a presidir el encuentro, previa solicitud,además, de que se le retire la etiqueta de "alto riesgo". El máximo mandatario entiende que su intervención de anoche rebajará la tensión general con independencia de lo que pueda ocurrir con respecto a la de su persona.
Gaspart, vicepresidente durante los 22 años de mandato de Josep Lluís Núñez, departió ayer tanto con Fusté, como con Lluís Bassat, su rival en las pasadas elecciones, para asegurarse una transición tranquila después del imparable proceso de degradación que ha vivido la entidad económica, deportiva y socialmente. Gaspart se convirtió en un muñueco de pim, pam, pum, al que su habilidad para desdoblarse en personajes distintos le ha permitido mantenerse en el cargo hasta que ha encontrado el marco que pretendía para un salida decorosa, y que, curiosamente, se ha producido poco después de la destitución de Louis van Gaal, el técnico que en su día salió del club por solidaridad con Núñez.
Aún cuando la situación del club es una de las más delicadas de su historia, varios precandidatos han anunciado que concurrirán a un proceso electoral que corre el riesgo de ser tan lento y desgastador como el mandato de Gaspart.
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