El radical Santiago Sierra ocupará el pabellón de España en Venecia
El artista presentará en junio una intervención sobre la historia y simbología del edificio
El artista Santiago Sierra (Madrid, 1966), residente en México DF desde 1995, ha sido seleccionado para intervenir en el pabellón de España en la próxima edición de la Bienal de Venecia, que se celebrará del 15 de junio al 2 de noviembre. El artista, radical en sus propuestas de contenido político y social y de proyección internacional por sus acciones en distintos países, basará su proyecto en la historia y simbología del edificio, según anunció ayer la comisaria del pabellón español, Rosa Martínez (Soria, 1955), nombrada por el Ministerio de Asuntos Exteriores.
"La mercancía más sofisticada es el ser humano", afirma el artista
Hasta el mes de mayo no se conocerá el trabajo artístico que presentará Santiago Sierra en el pabellón de España dentro de la 50ª Bienal de Venecia, que en esta edición, dirigida por Francesco Bonami, tiene como lema Sueños y conflictos. La dictadura del espectador. Entre las últimas actuaciones del artista figuran los grupos de inmigrantes que permanecieron en la bodega de un barco en Barcelona y la excavación de 3.000 agujeros en una colina del litoral gaditano, con una intención de compromiso político.
Miguel Ángel Cortés, secretario de Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica, declaró que, dentro del objetivo de ofrecer una visión contemporánea de la creación artística española, en Venecia se verán la propuesta del pabellón en los jardines de la Bienal, una exposición en otro lugar, de videoartistas, comisariada por Agustín Pérez Rubio, que después viajará por Iberoamérica, con la colaboración de la Fundación BBVA, y la edición de una publicación con la presencia de España en las 50 ediciones de la Bienal.
Rosa Martínez ha roto la tendencia de las últimas ediciones de presentar en el pabellón español a dos artistas de distintas generaciones. La elección de Santiago Sierra se debe a su "conexión con los lenguajes internacionales más significativos". Señaló la trayectoria de Sierra en numerosas ciudades, con proyectos individuales en la sección internacional de la Bienal de 2001, invitado por Harald Szeemann; en la Ikon Gallery de Birmingham, la Kunsthalle de Viena y la Lisson Gallery de Londres, para destacar "la seriedad del artista a nivel ideológico y ejecutivo". Dijo que Sierra es el artista adecuado porque el arte actual, como demostró la última Documenta de Kassel, conecta con los aspectos sociales, políticos y económicos del mundo. "El arte no es una esfera fuera de la realidad y llena de belleza. Ahora conecta con los movimientos de los años setenta al reflexionar e intentar la transformación de un mundo lleno de injusticias. Las bienales son un nuevo ejercicio de convivencia internacional".
Sierra declaró que trabaja (www.santiagosierra.com) sobre situaciones específicas y acontecimientos determinados, aunque parte de "principios primarios en el mundo del arte", sobre todo del arte minimalista, y un análisis de las condiciones laborales en la fabricación de mercancías. "La mercancía más sofisticada es el ser humano, que vende su tiempo y su cuerpo. La lucha de clases está en todos los mundos y pasa de uno a otro". Preguntado sobre la amenza de guerra contra Irak, dijo que "el capital administra la muerte con diferentes nombres". "Mi postura política es la de colaboracionista, como integrante de una sociedad donde cualquier gesto tiende a aumentar la guerra no declarada". Sierra fue cortado bruscamente por la comisaria Rosa Martínez, al decir que no era el momento ni el lugar adecuado para hablar sobre la guerra.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.