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Crónica:LOS FOROS DE DAVOS Y PORTO ALEGRE
Crónica
Texto informativo con interpretación

El diálogo entre foros, un objetivo lejano

Desde Brasil, se confía más en la presión

Soledad Gallego-Díaz

El diálogo entre los foros de Porto Alegre y de Davos será probablemente un objetivo difícil, por no decir casi imposible, porque representan dos mundos completamente separados. Los intentos que ha habido hasta ahora han terminado en el fracaso, primero porque Davos no parecía nada interesado en discutir con Porto Alegre, y luego porque Porto Alegre ha comenzado a darse cuenta de su propia fuerza y confiar mucho más en la presión que en el diálogo. La diferencia ahora es la llegada a la presidencia de Brasil de Lula, un hombre vinculado a Porto Alegre que tiene que poner en marcha un programa de reformas radicales en su país y que probablemente necesita que Davos, y lo que representa Davos, se tienten la ropa antes de buscar el enfrentamiento total o el sabotaje internacional de sus iniciativas.

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Lula busca un puente entre dos mundos

La victoria de Lula fue acogida por el Foro Social como algo propio, pero el presidente de Brasil no es rehén de Porto Alegre ni el Foro Social está obligado por Lula. Porto Alegre es el escenario del nacimiento de una nueva Internacional, que agrupa a miles de asociaciones y movimientos sociales de todo el mundo, y que empieza a tener una serie de reivindicaciones poco negociables: supresión de la deuda pública del Tercer Mundo, prohibición total de paraísos fiscales, supresión en los países ricos de los aranceles que gravan las exportaciones de los países pobres y creación de una tasa sobre movimientos de capitales que permita financiar a escala mundial el desarrollo sostenible de los países y comunidades marginalizados por la globalización neoliberal. El foro confía en Lula, pero en la última reunión ya quedó claro que está dispuesto a defenderlo, pero también a presionarlo. De hecho, la visita de Lula a Davos fue recibida con muchas críticas en el Foro Social. Además, la decisión del foro de trasladarse el año que viene a India puede ser interpretada casi como la visualización de que no depende de Brasil.

Ya en 2001 hubo un intento de acercar posturas entre los dos foros, promovido por The Bridge Initiative on Globalization, que organizó un debate por videoconferencia entre personalidades de los dos lados y el resultado no fue muy esperanzador. "Ustedes no escuchan. No oyen lo que les estamos diciendo: queremos cambiar las reglas", aseguró en aquella ocasión Walden Bello, como representante de Porto Alegre. Si ustedes no están dispuestos a cambiarlas a través del diálogo, explicó, buscaremos democráticamente una nueva relación de fuerzas para que no les quede más remedio. Busquemos una manera de dialogar, tengamos papeles constructivos en nuestros respectivos mundos, mejoremos, pero no sueñen con cambiar las reglas, vino a decir el industrial Bjorn Edlund, en nombre de Davos.

El diálogo que se propone ahora con Lula como mediador puede tener más futuro, también porque en los tres últimos años Porto Alegre ha tomado más confianza y fuerza, y porque Davos comprende que necesita encontrar una manera menos agresiva de seguir adelante con la hegemonía de las grandes corporaciones. El diálogo Norte-Sur fracasó porque la relación de fuerzas fue ridícula. El éxito de este nuevo intento dependerá probablemente de los cambios que se vayan produciendo en esa relación de fuerzas, con Brasil a la cabeza.

Manifestación contra la globalización durante el pasado Foro de Davos.
Manifestación contra la globalización durante el pasado Foro de Davos.ASSOCIATED PRESS

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